Generación eléctrica a través de un tornillo

El mecanismo consiste en los conocidos como hidrotornillos o 'Tornillo de Arquímedes' usados en los saltos de agua. Se trata de cilindros huecos con forma de tornillos, que llevan acoplados un alternador. Situados sobre las aguas con la inclinación deseada, giran sobre sí mismos aprovechando la fuerza natural de las aguas para producir energía eléctrica. José Luis Suárez explica que cuando cae agua y se vuelve espuma, «eso es energía». Mediante el hidrotornillo, lo que hacen es conseguir que el agua baje de manera más lenta, reteniéndola, y aprovechando así la energía. «Es como si fuésemos capaces de hacer una turbina que aprovechase las olas del mar que llegan y se estrellan en la costa. Absorberla con un mecanismo», señala.

Sinfin Energy forma parte de la Red Táctica, que aglutina a empresas en torno a diferentes áreas de conocimiento para abordar proyectos multidisciplinares. A su vez, Sinfin Energy está formada por Sinfin Turbines –unidad tecnológica– y Sinfin Capital –unidad inversora y financiera, y de explotación de centrales de generación eléctrica–.

El proyecto del hidrotornillo nace hace un lustro, cuando estas empresas, dentro del ámbito de renovables, estudian cómo poder aprovechar los pequeños saltos de los ríos. «Recuperamos una idea ancestral, que es el 'Tornillo de Arquímedes', que siempre había sido utilizado como bomba, pero lo hemos puesto en modo turbina», señalan desde Sinfin Energy.

El primer proyecto se realizó en colaboración con la Universidad de Oviedo. «Encontramos un rendimiento muy bueno en las primeras pruebas que podía funcionar en las condiciones reales de trabajo en un río», afirma. Así, instalaron uno en el Jardín Botánico de Gijón, y a partir de esos resultados dieron el salto a una instalación propia, la Central Hidráulica de Barreda, en Torrelavega, Cantabria. Allí cuentan con dos hidrotornillos situados en paralelo que generan 70 kilovatios de potencia, 35 cada uno, durante las 24 horas del día.

El siguiente paso lo darán de mano de EdP, que instalará esta tecnología, rompiendo todas las cifras hasta ahora existentes, en la región. Los proyectos superarán los 5,5 millones de euros y suman 3,5 MW de potencia, generando la energía equivalente al consumo eléctrico medio anual de 4.000 hogares. Una de las nuevas instalaciones aprovechará las aguas del río Narcea, en el embalse de Pilotuerto, en Tineo. Será la mayor del mundo, en el sentido de que se colocarán «dos máquinas en serie». Los tornillos tendrán 4 metros de diámetro y casi 20 metros de longitud.

Las otras dos instalaciones se colocarán en el río Nalón, en el embalse del Furacón, en San Pedro de Nora, y en Ribera de Arriba. La primera de ellas será una única máquina, con 40 metros de longitud y 4,10 de diámetro, que «será el más largo del mundo». En Soto de Ribera se instalarán cinco hidrotornillos en paralelo, con una longitud de 25 metros cada uno y un diámetro de 4,4 metros. «Se va a convertir en la mayor central del mundo que use esta tecnología», afirma.

Pero esto es solo el principio. Sinfin Energy pretende dar el salto a la generación de hidrógeno. «No queremos quedarnos solo en generar, sino ir un paso más allá y convertirla en combustible verde», señalan. Así, próximamente instalarán en el Botánico un hidrolizador para hacer hidrógeno con la energía producida por el hidrotornillo. También lo harán en la Central de Barreda, a principios de verano. «Queremos potenciar esa idea mixta de microred energética donde puedo tener energía en forma eléctrica y energía en forma de combustible», añaden.