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Asturias se achicharra y llega a 42,6 grados
Los accesos a las playas se colapsan y varios accidentes generan atascos de hasta diez kilómetros en las autovías. El viento del sur elevó las temperaturas hasta 12 grados en una sola hora o 18 en dos. El calor remitirá durante el fin de semana y el sol persistirá en el oriente
No había visto Asturias hasta este siglo temperaturas por encima de los 40 grados, pero habrá que empezar a acostumbrarse a que estos guarismos, antes habituales sólo de los días más calurosos de los veranos mesetarios y andaluces, se instalen en algunas partes del Paraíso Natural. Un paraíso que, con todo, sigue siendo el refugio climático de España, pues la diferencia entre las zonas de cordillera y centro de la región, donde hubo momentos de calor asfixiante, y la costa, que salvo momentos puntuales tuvo temperaturas más bien agradables, es muy notable.
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El caso es que hubo récord histórico. Tras aquel 17 de julio de 2022 en que Mieres llegó a los 41 grados, Lena a los 40,9 y hasta en la costa hubo infierno, con casi 39 grados en Gijón bien entrada la tarde, ayer Mieres pulverizó su marca y se plantó a las cinco de la tarde en 42,6 grados, mientras en Oviedo se alcanzaban los 41,1 una hora antes, la máxima temperatura jamás vista en la capital asturiana. No fue, con todo, la de Mieres la temperatura más alta de la cornisa cantábrica. En Tama (Cantabria) se llegó a los 42,8 grados, mientras que el Aeropuerto de Bilbao marcó la máxima del Cantábrico, con 43,4 grados a las cuatro de la tarde.
Lo peor para las personas en situación de riesgo sanitario es que no sólo se alcanzaron altas temperaturas, sino que en algunos puntos de la región ésta subió muchos grados en muy poco tiempo. Lo más espectacular ocurrió entre las diez y las once de la mañana en Somiedo, con un ascenso de 12 grados en una hora. Un grado más cada cinco minutos. A las doce de la mañana había escalado otros seis grados, de forma que en apenas dos horas hacía 18 grados más.
¿Qué había ocurrido? Explica el delegado provincial de la Agencia Estatal de Meteorología, Ángel J. Gómez, que «aumentó la intensidad del viento de sur, el aire fue forzado a bajar ladera abajo, y con ello aumentó muy rápido su temperatura, pues al descender el aire, se comprime al encontrar mayor presión atmosférica –mayor peso de la columna de aire– y aumenta su temperatura». De hecho, en ese periodo de tiempo el viento del sur aumentó notablemente y la humedad relativa se desplomó, y así, «el aire tiene la capacidad de aumentar su temperatura hasta 10 grados por cada kilómetro de altitud que desciende», puntualiza Ángel J. Gómez. A esto hay que sumar que el aire era ya cálido en niveles medios de la atmósfera, con una masa de aire africano y una dorsal muy persistente.
Mientras tanto, el suroccidente se libraba de lo peor, y aunque sí que se llegaba a temperaturas que rondaban la del cuerpo humano (unos 36 grados generalizados) se libraron de superar los 40. Eso sí, toda la comarca huele a humo y en la práctica totalidad de sus cielos el color predominante es ya el naranja, a consecuencia del humo de los incendios forestales, tanto en Asturias como en el norte de León. Desde las piscinas de San Antolín de Ibias, con un cielo casi espectral y el bar y las piletas con muy buena afluencia, Laura Quintana indicaba que «es de lo que todo el mundo habla por aquí, huele a humo, se ve el cielo extraño y sabemos que entre Cerredo y Villablino hay 43 kilómetros cuadrados de monte quemado. Esperemos que no llegue por aquí el fuego».
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Gijón, casi 35 grados
En Gijón la máxima rozó los 35 grados. Fueron 34,7 a las cinco de la tarde, pero con el matiz de que el registro oficial se produjo en el campus. En la playa, las temperaturas fueron más soportables, y de hecho, en cuanto la brisa marina ganó fuerza, en el campus las temperaturas se desplomaron ocho grados, hasta los 26, en una hora.
Las playas, sí, fueron ese refugio climático al que los asturianos y los visitantes acudieron en tropel. Más hacia el centro y el oriente, porque por el noroccidente comenzó por la mañana a entrar el descenso de temperaturas que aliviará hoy a casi todo el litoral cantábrico y que en la costa gallega ya era patente ayer. Hoy habrá cielos nubosos en el litoral occidental, que irán avanzando hacia el central durante el día. En el oriental persistirá el sol todavía hoy.
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Accidentes y atascos
¿Y a qué dio lugar esto? A una intensidad de tráfico muy grande, a atascos en los accesos a las principales playas de la región y a aparcamientos atestados. Más aún, todo apunta a que la alta intensidad del tráfico estuvo detrás de dos accidentes ocurridos a lo largo de la mañana y que generaron problemas graves de circulación. El primero tuvo lugar en el punto kilométrico 352 de la autovía del Cantábrico (A-8), a la altura de los falsos túneles que hay en la A-8. Fue en el carril en dirección de Gijón a Villaviciosa, en el que cuatro vehículos colisionaron por alcance, con el resultado de una persona herida de cierta gravedad, que fue trasladada a Cabueñes, así como otros tres con heridas menores. A consecuencia de este siniestro se formó una retención de más de diez kilómetros durante más de dos horas. Casi a la vez, en Robledo tres coches chocaron por alcance, dando pie a otro atasco que afectó a la zona central de la 'Y' y obligó a la Guardia Civil a desdoblarse a lo largo de toda la mañana.
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