La «transición» hacia la normalidad: se mantiene la mascarilla, pero ya se puede fumar en terrazas
Salud abre «nueva etapa» con la covid en la que siguen siendo obligatorios los medidores de CO2 y, para consumir tabaco, la distancia interpersonal deberá ser de dos metros
MIRIAM SUÁREZ
OVIEDO.
Viernes, 4 de marzo 2022, 01:10
Entre 200 y 300 contagios diarios. Una letalidad que oscila de uno a ocho fallecidos por jornada. Y una ocupación hospitalaria en descenso, con 181 pacientes de covid ingresados actualmente. Esta es la situación epidemiológica de la que parte Asturias para «ir haciendo una transición» hacia la normalidad previa al coronavirus. Un cambio de ciclo en el que se mantiene el uso de la mascarilla en interiores y la obligación de instalar medidores de CO2 en hostelería o gimnasios. Pero deja de limitarse el aforo de los eventos deportivos multitudinarios y ya no estará prohibido fumar en las terrazas; eso sí, quien fume deberá guardar una distancia interpersonal de dos metros.
«Nos enfrentamos a una nueva etapa de la pandemia», anunciaban ayer la directora general de Salud Pública, Lidia Rodríguez, y el jefe de Alertas y Emergencias Sanitarias, Miguel Prieto, en la presentación de la nuevas medidas que acompañarán la «transición» epidemiológica del Principado. Unas medidas que hoy validará el Consejo de Gobierno y que, en realidad, no suponen un cambio sustancial en la estrategia que estaba vigente hasta ahora. Salvo por que se recupera la totalidad del aforo de pabellones y campos de fútbol y que se establece una distancia interpersonal específica para fumadores.
«El momento de exhalación del tabaco es cuando hay mayor riesgo de transmisión del coronavirus por eso hemos ampliado la distancia interpersonal (de 1,5 metros a 2)», precisó Miguel Prieto. En cualquier caso, «ante la mejora de la incidencia, y siguiendo las indicaciones de los técnicos, podemos combinar la protección de la salud con la recuperación de la actividad económica y social», consideró, por su parte, la directora general de Salud Pública.
La incidencia del coronavirus en Asturias es, a día de hoy, diez veces menor que en el mes de enero, momento álgido de la sexta ola. Eso, sumado a la alta cobertura de vacunación -con el 94% de la población diana ya inmunizada frente a la covid-, permite este «nuevo enfoque» en la forma de abordar la pandemia. Hoy, el Consejo de Gobierno aprobará solo «matices», aunque, según el consejero de Salud, Pablo Fernández, se avecina «un goteo de cambios», encaminados a la relajación de las medidas de prevención, pero también a focalizar la vigilancia epidemiológica y los esfuerzos «más hacia los espacios vulnerables», como centros sanitarios o residencias geriátricas.
La próxima semana, la ministra de Sanidad abordará con las comunidades autónomas cuál será la estrategia a seguir a partir de ahora. Ayer, las autoridades sanitarias asturianas prefirieron «no aventurar» posiciones ante cuestiones que están sobre la mesa, como la posibilidad de retirar la mascarilla en los colegios. Sí expusieron que «la mascarilla es una medida de protección que ayuda a evitar contagios y los niños pasan mucho tiempo juntos en un espacio cerrado».
Las bajas laborales
Ir recuperando la normalidad no sólo pasa por aflojar las medidas de prevención frente a la covid. También por reorganizar los recursos sanitarios. Está previsto, por un lado, que el HUCA vuelva a ser el hospital de referencia para los casos de coronavirus, con el objetivo de ir liberando espacios en las distintas áreas sanitarias tanto para avanzar en la lista de espera quirúrgica, como para atender aquellas valoraciones médicas que quedaron pendientes con motivo de la pandemia y que ahora empiezan a ser urgentes.
La reorganización implica, por otro lado, volver a la tramitación de las bajas laborales previa a la sexta ola. Es decir, los médicos de Familia serán nuevamente los responsables de gestionar los partes de incapacidad temporal, ya sea por covid o por cualquier otra enfermedad. La explosición de contagios durante la sexta ola provocó tal avalancha de bajas laborales que los centros de salud llegaron a colapsarse.
De ahí que el equipo de inspección del Servicio de Salud del Principado (Sespa) tuviera que hacerse cargo temporalmente de la tramitación de los partes motivados por el coronavirus. Desde el 7 de enero que se adoptó esa decisión hasta el día 31, los inspectores del Sespa certificaron 13.093 bajas laborales. Durante el mes de febrero, fueron 3.442, prácticamente cuatro veces menos.