El campus de El Milán homenajea a María Soledad Álvarez Martínez

«Es un reconocimiento que no esperaba, para mí es un honor que hasta me asusta un poco porque me hace repensar todo lo que hay detrás para que pongan mi nombre a un seminario», aseguró, refiriéndose a los más de cincuenta años de trayectoria académica que Soledad Álvarez lleva a sus espaldas. Ella, junto con otros compañeros, fue alumna de la primera promoción de la especialidad de Historia del Arte, en aquel momento vinculada a la carrera de Historia como una subsección. Unos años que consolidaron su idea de dedicarse al trabajo académico y fueron construyendo su vocación hasta que en 1974 comenzó a ejercer de profesora, una etapa larga que finalizó el pasado 11 de noviembre de 2021: «Me jubilé y me fui cuando me tocaba, ya era una necesidad para mí, aunque fui vocacional a tope», aseguró.

En estos más de cincuenta años vinculada a la universidad, Álvarez ha podido ser testigo de los cambios que la universidad y el departamento de Historia del Arte han experimentado. Uno de los más destacables es su crecimiento, pues en el momento en el que Álvarez entró al departamento «el número de profesores no llegábamos prácticamente a la decena» –actualmente son más de 40–. En aquella época «tampoco existía financiación para la investigación» y las líneas para el estudio era mucho más «limitadas». Ante este escenario, ella y sus compañeros de la primera promoción de Historia del Arte decidieron dar un cambio al departamento y comenzar a poner en marcha distintos proyectos de investigación y todo tipo de publicaciones. Entre ellos destacan el Inventario Arquitectónico de interés histórico-artístico, que «sigue siendo un instrumento todavía fundamental para cualquier intervención o actuación que se quiera hacer sobre nuestro patrimonio», y la revista Liño, una de las primeras editada por las universidades españolas de Historia del Arte y que a día de hoy «está en muy buen estado de salud».

Soledad Álvarez aseguró que «su trabajo contribuyó a algo y eso es una satisfacción inmensa». Así pues, todos los cambios a los que el departamento y la titulación han sido sometidos son reflejo de un nuevo modelo de Universidad al que el rector, Ignacio Villaverde, aseguró desconocer si pertenece o si, en cambio, su papel está ligado a «una Universidad que se nos va». Álvarez, no se atrevió a definir los cambios como mejores o peores, sino como «distintos, adecuados al momento histórico al que pertenecen».