La variante superó 82 informes de seguridad de siete organismos para abrir a 200 por hora

Decenas de técnicos han ido poniendo su firma en los informes del expediente asegurando que las cosas son así y que el S-130 que presta el servicio Alvia puede avanzar, con sus 312 toneladas de peso repartidas en 184 metros, a máximas de 200 kilómetros por hora con hasta 299 viajeros a bordo.

El procedimiento comenzó formalmente en agosto de 2020, con una comunicación previa de Adif a la AESF, y ha supuesto la emisión de hasta 82 informes, planes, certificados y registros justificativos de cada componente. Además de los especialistas de Adif, los expedientes han sido supervisados por un Organismo Notificado (NoBo, en el argot), un Organismo Designado (DeBo), un Organismo Evaluador Independiente (Asbo), un verificador de interoperabilidad (CE) y la Dirección General de Protección Civil del Ministerio del Interior. Todos y cada uno de estos expedientes fueron revisados por la propia AESF. En total siete organismos compartieron supervisión. Al margen hay informes acreditando que se siguieron las recomendaciones y conocimiento de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (Ciaf).

El histórico documento de 16 folios describe la infraestructura resultante, el trabajo para ponerla en servicio con las garantías exigidas y las mejoras que aún están por llegar. Una vez el proyecto abandona el ámbito de la construcción y entra en el de la circulación, se han dado determinados reajustes. De esta forma la variante entra en servicio como línea 984 dentro del catálogo nacional; consta de 49,57 kilómetros entre la bifurcación de Pajares y Pola de Lena. El tramo cuenta son sistema de protección de tren ERTMS nivel 2, el más evolucionado, aunque se ha instalado como respaldo el sistema Asfa. La radiocomunicación de voz y datos funciona con sistema GSM-R de doble capa.

«Estará equipado, inicialmente con doble vía de ancho ibérico. No obstante, una vez se completen los trabajos previstos en el tramo León-La Robla, también está prevista la explotación en ancho estándar», recoge el texto.

Para ello Adif tiene previsto licitar a inicios de 2024 los trabajos con los que culminará la adaptación al ancho mixto en León-La Robla. El cambiador levantado en Campomanes y una vía de ancho estándar de esa zona han quedado al margen de este expediente, a la espera de que concluyan esos trabajos.

La velocidad máxima permitida en la vía 1, que es de ancho mixto, es de 180 kilómetros por hora. Recientemente ha salido una Especificación Técnica que permite elevar a 220 la máxima sobre este triple hilo; según explicó en EL COMERCIO la aún presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, a lo largo del próximo año habrá trabajos de adaptación para lograr esa ganancia de 40 kilómetros por hora.

La vía 2, de ancho ibérico, abre con 200 kilómetros por hora, y también será objeto de trabajos para elevar su máxima a los 275. Es de prever que el salto se coordine con la entrega por parte de Talgo de los trenes Avril (S-106 en la nomenclatura de Renfe), los únicos capaces de desarrollar ahí esa velocidad. El S-130 que presta el servicio Alvia no pasa de 220.

La infraestructura permite el paso de locomotoras con diésel para mercancías, no así en unidades de viajeros. La circulación de mercancías peligrosas también está prevista, si bien se deberá hacer una evaluación específica de los fletes que se hagan y que entren en esta categoría.

Los planes de seguridad validados permiten que los trenes de viajeros muevan hasta 600 personas, lo que coincide con un S-130 en doble composición. Ir más allá requerirá hacer las simulaciones de evacuación pertinentes con el Avril. Tal y como avanzó este periódico, los andenes se han construido siguiendo la normativa de aplicación, Renfe deberá llevar rampas portátiles para facilitar la evacuación y el operador y Adif se han dado 18 meses para estudiar mejoras en el material rodante o el andén para esta operativa.