«Venimos a mantener vivo el recuerdo de la gente que perdió la vida buscando a Germán»
Se cumplen 36 años de la desaparición de Germán Quintana en los Picos y del accidente del helicóptero que salió en su búsqueda
Asturias y el País Vasco se volvieron a unir, un año más, para homenajear a los siete fallecidos en el accidente de helicóptero que tuvo lugar el 12 de junio de 1987 en los Picos de Europa durante la búsqueda de Germán Quintana, un pequeño ovetense que tenía 13 años cuando desapareció en el parque nacional durante una excursión escolar. Como entonces aún no existía en Asturias la Unidad Canina de Rescate del Principado (UCRPA), que precisamente surgió a raíz del accidente, salió en busca del pequeño un helicóptero del Grupo del Perro de Salvamento del País Vasco que se estrelló en plena montaña. En él viajaban Juan Carlos González, Corsino Suárez, José Ramón Renobales, Joseba Zabala, Luis Ángel Díaz, Javier Gallastegui y Lourdes Verdes (madre de Anne Igartiburu), junto a cuatro perros de la unidad, 'Bizkor', 'Lon', 'Ator' y 'Heny'. Todos fallecieron en el acto.
A las once de la mañana de este domingo, alrededor de una decena de familiares de los fallecidos y varios miembros de la Unidad Canina de Rescate del Principado se reunieron frente al monolito 'Estela' (donde están grabados los nombres de quienes perdieron la vida), al pie del pico Sohornín, en las inmediaciones del lago Enol, para hacer una ofrenda floral a los fallecidos. «Aquí no venimos a llorar. Venimos a celebrar y a mantener vivo el recuerdo de la gente que perdió la vida, si no desaparece», apuntó Jesús Gómez, miembro de la UCRPA.
Como marca la tradición, dejaron una flor por cada uno de los fallecidos, depositaron una corona de laurel y les dedicaron unas palabras. Una vez terminado el homenaje, subieron al Mirador de la Princesa, donde desde hace dos años también hay una placa en recuerdo de quienes perdieron la vida, con la suerte de que «hizo un día excelente y teníamos unas vistas preciosas». Después, bajaron al merendero de los Lagos, donde comieron y contaron chistes porque «queremos que sea un recuerdo y hacerles un guiño».
