Víctor Ramos, futuro presidente de la DOP Sidra de Asturias, en su llagar sierense Sidra Fran. Pablo Nosti

Víctor Ramos

Sidra Fran. Asumirá la presidencia de la DOP Sidra de Asturias en mayo
«Deseo que toda la sidra que se haga en la región sea con manzana asturiana»

«El que quiera hacer uso del nombre protegido tiene que cumplir los requisitos establecidos. Debemos respetar las reglas de juego»

Domingo, 16 de abril 2023

El llagarero Víctor Ramos asumirá la presidencia del Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturias en mayo. Sucederá en el cargo a Guillermo Guisasola, ... que pasará a la vicepresidencia, porque así lo contempla su normativa: una legislatura de cuatro años se la reparten equitativamente entre cosechero y elaborador. Ramos codirige el llagar Sidra Fran, en Lugones, donde gestionan 20 hectáreas, 16 de ellas propias.

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-¿La presidencia asusta?

-Bueno, no. Ya llevo dos años en el Consejo como vicepresidente, así que los temas que hay que abordar ya están sobre la mesa. Lo diferente es que ahora pueda tener algo más de visibilidad. Es una tarea grata y una gran responsabilidad defender los intereses de algo que es nuestro, de todos los asturianos: la Sidra de Asturias.

-¿Qué temas son esos y cuáles quiere apremiar?

-El presidente no decide lo que se hace, sino que ejecuta lo que se acuerda en el pleno del Consejo, donde estamos seis cosecheros y seis llagareros. Estamos detectando que falta comunicación con toda la cadena de valor. Hay que ahondar en los conceptos, en lo que significa la DOP y todo lo que supone.

-Explíquelo.

-La DOP es una marca de calidad diferenciada, una figura jurídica que concede Europa que protege un nombre, el de la Sidra de Asturias en este caso, que es un bien de dominio público y está vinculado a un producto con un origen y calidad certificados. Por otro lado, el Consejo Regulador es la entidad que gestiona esa marca, la promociona y tiene que velar por su prestigio y por que se cumpla el pliego, que es como nuestra Biblia porque incluye todos los requisitos que se deben cumplir para poder formar parte.

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-No se puede vender gato por liebre; el Seprona lo ha evidenciado esta semana. ¿Qué opina?

-Por lo que sé, este caso se debe a una infracción en el etiquetado. La DOP protege el nombre de Sidra de Asturias de sus parecidos, entre otros, Sidra Asturiana; no se puede hacer uso de este nombre vinculado al producto sidra ni en la etiquetas ni en la publicidad ni en las redes si no se cumplen los requisitos que figuran en el pliego de condiciones. Todos los operadores del sector debemos respetar las reglas de juego, aquellos que elaboran bajo el paraguas de la DOP pagan unas tasas, pasan unos controles exhaustivos en cuanto al origen de la manzana y en el producto final... Por tanto, insisto, el elaborador que quiera hacer uso del nombre protegido tiene que cumplir los requisitos establecidos.

Precio o calidad

-¿Falta concienciación entre los consumidores a la hora de buscar la etiqueta de la DOP?

-Se han dado pasos importantes en los últimos tres o cuatro años, pero falta mucho por explicar y comprender. Mi deseo es que, en una década, toda la sidra que se haga en la región sea con manzana asturiana. Sería un buen objetivo. Los consumidores tienen que darse cuenta de lo que supone apostar por la DOP, porque es la que garantiza el origen.

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-¿Cuántos kilos de manzana importa Asturias para sidra?

-No hay ningún organismo ni público ni privado que tenga datos fehacientes del volumen de sidra que se consume en Asturias ni de la manzana que se utiliza. En la denominación sí lo sabemos y publicamos los datos. Lo que se cree es que lo que produce la DOP supone en torno a un 15% de las ventas totales. Hablamos de un porcentaje muy pequeño.

-Y muy alejado de su ideal.

-Por eso digo que todos debemos apostar por ello, porque nos dicen que el campo se está despoblando y nosotros tenemos un producto que se consume, pero traemos manzana de fuera. ¿Por qué traemos y no ampliamos lo de aquí? Este camino ya lo tendríamos que haber recorrido hace años, pero mirar para atrás y arrepentirse no ayuda, sí lo hace plantear un futuro con más plantaciones. Si no nos apoyamos en el origen, el sector lo pagará a medio plazo.

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-Asturias es pequeña, ¿bastaría exclusivamente con la producción regional?

-Los datos que tenemos indican que hay un margen de crecimiento del 25% solo con la manzana actual que declaran los productores. Y habría que hacer frente a la vecería, lo que nos hace muy difícil poder trabajar. La Administración podría ayudar poniendo a disposición tierras para plantar; no digo que las regale, pero sí que las arriende y, sobre todo, que mueva todo el terreno que esta parado y se podría trabajar. Creo que la iniciativa privada podría incorporarse a esas labores.

-¿Faltan consumidores?

-No creo que el sector esté perdiendo consumidores por su culpa, por mucho que se vea a los chavales beber cerveza. También soy chigrero y veo que se toma sidra. Lo que ocurre es que nuestra región está perdiendo población y han cambiado los hábitos de consumo; ahora se bebe menos cantidad y la economía y la falta de tiempo libre no ayudan. Yo pienso que también influye que cada vez se vean menos pomaradas y se tenga menos contacto con el producto y sus elaboradores, se están perdiendo los vínculos. Tampoco tenemos datos concretos de esto; antes, la ley de Calidad Alimentaria del Principado sí hacía obligatorio comunicar el volumen de ventas, pero, por desgracia, en la actualización del 2019 se quitó.

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El apoyo del consumidor

-¿Las pomaradas están preparadas para que llueva menos y haga más calor o esto sí sería un problema?

-El cambio climático está ahí y va a ser un problema. La DOP tiene que trabajar con la gente del campo para ayudarla en el manejo de las plantaciones. Hace falta mucha formación y tenemos que darla de mano del Serida.

-La ministra Ribera visitó Asturias donde apeló a «contar con el medio rural». ¿Lo hace?

-(Ríe). Es un tema muy manido. El medio hay que reactivarlo, ya, es muy fácil de decir, pero luego no se notan avances.

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-Una misma legislatura en el Consejo Regulador se reparte entre cosecheros y llagareros. ¿Ambos caminan, al fin, en la misma línea?

-Sí, hay bastante buena sintonía y todos tenemos claro por dónde hay que tirar. Nos hace falta el apoyo del consumidor final, porque si luego él no pide sidra de Asturias, el trabajo se queda descolgado. Y quiero poner el foco en un hecho, y es que la Administración regional y municipal debería dejarse de servir tanto vino español en actos institucionales y centrarse en lo nuestro. Tenemos vino, pero voy a barrer para casa y apoyar la sidra; tal vez la de escanciar no encaje en todos los actos, pero oye, tenemos la espumosa.

-¿Le parece justo a cuánto se paga la manzana? ¿Y el precio para los chigreros y para el consumidor que bebe una botella en casa y en el chigre?

-La cadena de valor está muy ajustada. Debemos hacer una reflexión sobre el precio de la manzana y valorar más el trabajo de los cosecheros. ¿Cuánto? No sé, pero más sí, y creo que hay un pelín de margen para hacerlo. Es, además, la manera de incentivar el producto. A partir de ahí, el precio debería subir en cada eslabón de la cadena por el mismo motivo; no nos podemos quejar si no nos la escancian porque eso tiene un coste que otras bebidas no tienen. ¿Y qué vino encuentras en un restaurante por cuatro euros? La sidra es un buen producto a un precio muy popular.

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-¿Veremos en su mandato a la sidra de hielo dentro de la DOP?

-Estamos trabajando en el Consejo en la actualización del pliego para poder incorporarla. Pronto vamos a presentarlo a la Consejería y esta lo pondrá en conocimiento de Bruselas.

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