La ansiedad se ceba con el alumnado de secundaria en Avilés
La mesa redonda sobre salud mental, celebrada en su Día Mundial, pone de relieve la importancia de las redes y el trabajo en comunidad
Fue la Ley de Protección de Violencia en la Infancia y Adolescencia (LOPIVI) la que creó la figura del coordinador de bienestar en los centros educativos que trabajen con menores de edad. La consejería de Educación de Asturias fue, hace cinco años, la primera de España que implantó esta figura. Es la propia consejería la que determina quién tiene que desempeñar este función, que puede ser asignada a un docente del colegio o instituto, o, como en el caso del IES La Magdalena de Avilés, a una profesional de Servicios a la Comunidad como Sandra Fernández Argüelles. «Yo pertenezco al departamento de orientación y puedo 'jugar' con los horarios e ir más allá de las dos horas que marca la consejería porque muchas de las funciones que hay de Servicios a la Comunidad se solapan con las funciones de coordinadora de bienestar».
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Este servicio está anunciado por todo el centro con carteles, la propia coordinadora va por las clases explicando su trabajo y tanto director como equipo docente se involucran y le hacen llegar los posibles casos de violencia que se detecten. Sin olvidar tampoco el apoyo de los conserjes «porque ellos ven muchas cosas y hay que tejer una red», advierte Sandra Fernández Argüelles.
Que esta figura es necesaria lo demuestra el día a día porque «en los últimos años vemos que están creciendo muchísimo los ataques de ansiedad y la depresión». «Tenemos alumnado que no asiste a clase porque es incapaz de enfrentarse al aula, a los compañeros, a la situación», explicó Sandra Fernández este viernes, antes de participar en la mesa redonda 'El cuidado de la salud mental desde una visión comunitaria', organizada con motivo del Día Mundial de la Salud Mental en el Espacio Maqua, en Avilés, y en la que también participaron Sandra Puerma Álvarez, supervisora de la Comunidad Terapéutica del Servicio de Salud Mental del Área sanitaria III, y Blima García, psicóloga de Espacio de bienestar municipal BEPA.
Esta última lleva desde 2022 al frente del BEPA (Bienestar Emocional, Prevención y Autocuidado), la asesoría psicológica gratuita puesta en marcha por el Ayuntamiento y dirigida a jóvenes de 14 a 30 años, en este tiempo ha comprobado que la «muy buena acogida» del servicio ha repercutido en una necesidad de reforzar el personal con una nueva psicóloga. «Se aprecia mucha ansiedad. A pesar de estar hiperconectados, necesitamos vivir más en comunidad porque hay muchas carencias emocionales», entre otros motivos Blima García señaló una «frustración en cuento a los objetivos vitales», como los estudios y el futuro trabajo.
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