«Aquí las PCR son más ágiles y apenas esperas tres minutos»

Desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche ininterrumpidamente, dos equipos rotatorios de siete profesionales cada uno, entre enfermeros, auxiliares y celadores, se encargaron de realizar las pruebas PCR a los allí citados. Como ocurrió en septiembre, la mesa se instaló en el interior del pabellón, con ambas puertas posteriores habilitadas como puntos de entrada y salida para los vehículos, respectivamente. «Hacer las pruebas aquí es más rápido que en el hospital; la gente apenas espera tres o cuatro minutos», aseguraba la enfermera Lucía Azcárate, integrante del equipo de la mañana.

Los hechos parecieron corroborar su afirmación. Con una media de solo ocho coches esperando en la cola, los amplios espacios y la posibilidad de atender a dos vehículos simultáneamente contribuyó a agilizar el proceso. «Tenemos el espacio y el material necesarios, la gente conoce las reglas, y las cumple; eso ayuda a evitar aglomeraciones. Muchos repiten, o vienen a traer a sus hijos», indicaba la auxiliar de enfermería Yolanda Alonso.

La misma opinión manifestaban buena parte de los usuarios, como Aitziber Rodríguez, quien acudió a media mañana a La Magdalena para someter a la PCR a su hijo Aingeru Zarza, alumno del colegio Palacio Valdés. «Me siento más cómoda y segura aquí que el San Agustín. Tendrían que haber puesto este autocovid hace tiempo», reflexionaba.

El mismo criterio expresaban José Jiménez y Rosalía Montoya al abandonar el pabellón, después de que sus hijos José Miguel y Sara realizasen las pruebas. «A nosotros nos tocó hacernos las PCR en el hospital, y no hay punto de comparación», comentaba Jiménez padre. A su lado, Montoya se sumaba al punto de vista de su marido. «Aquí vienes, la haces y te vas. Está todo bien señalizado, y la sensación es buena».