AZSA abre este mes un nuevo edificio para 900 trabajadores

AZSA ha invertido 1,3 millones de euros en estas nuevas instalaciones que se han complementado en el último año con medidas anticovid como son los equipos de renovación del aire. Se ubican en una parcela de más de dos mil metros cuadrados y tienen capacidad para novecientos trabajadores.

Aunque la obra está finalizada, comité y dirección de la empresa han optado porque la ocupación sea paulatina para limitar el riesgo de contagio de la plantilla. El sindicato Sitaz ha solicitado de nuevo a la empresa que se incorporen algunas mejoras a los nuevos vestuarios. Los delegados de prevención han pedido un lector de matrículas, algo que la empresa ya tenía previsto, pero también otras medidas que ya plantearon cuando se inició la obra, pero que no se hicieron, como el techado de las plazas de aparcamiento o la instalación de chapas laterales en la nueva marquesina para proteger de las rachas de aire y lluvia. Además, Sitaz ha puesto de manifiesto que la ubicación de los vestuarios fuera de la factoría hace que se incremente la jornada laboral, por lo que pide compensaciones por ello.

Mientras, continúa a buen ritmo la otra gran inversión de AZSA en marcha, la construcción de una nueva nave de electrolisis. Las obras concluirá en el segundo trimestre del próximo año, aunque su puesta en marcha, como viene repitiendo en los últimos meses la compañía, dependerá de las costes de la energía. La obra ha tenido un ligero retraso como consecuencia de la pandemia, pero en los últimos meses la nueva nave se ve crecer día a día.

Con una inversión en torno a los cien millones de euros, los trabajos comenzaron en junio del año pasado con el acondicionamiento de la zona que iba a ocupar las nuevas instalaciones que contarán con tres filas de 35 celdas de 122 cátodos de 3,6 metros cuadrados de área. Permitirá una producción de 248.000 toneladas al año de cátodos de zinc.

Si la inversión no se ve truncada por el alto coste de la energía, cuando entre en funcionamiento la nueva nave sustituirá a las dos más antiguas de las cuatro que AZSA tiene en San Juan, que ya se han quedado obsoletas. La primera lleva en funcionamiento desde 1960, mientras que segunda arrancó en 1974. Ambas siguen produciendo, pero con una calidad menor y menos capacidad de la que ofrecen las dos más modernas, construidas en los años 1991 y 2001, y sobre todo de esta quinta que se está levantando. Además, paralelamente se construirá también un nuevo horno de fusión, que será el horno 7.