AZSA prevé finalizar el año que viene su proyecto de recuperación de metales preciosos

El futuro tanque de recuperación se ubicará en el espacio que ocupó una de las antiguas naves de electrolisis, que quedaron en desuso tras la entrada en funcionamiento de la nueva, inaugurada hace ahora tres años y que supuso un salto tanto tecnológico como en lo que se refiere a eficiencia energética.

La planta de Asturiana de Zinc ya separa parte de estos elementos, además de otros como el cobre o el plomo, que luego comercializa, optimizando así el producto que recibe. El objetivo del nuevo proyecto, no obstante, es poder llevar a cabo este proceso de manera más eficaz, ya que la previsión es que se pueda recuperar hasta un 95% de la plata y el oro que llegan entremezclados con el zinc.

«Estamos finalizando el proyecto, que debería estar ya listo para el año que viene», explica Navalpotro. El presidente de la compañía asegura que «en el material que tratamos, el concentrado de zinc, hay un pequeño tanto por ciento de otros metales. Algunos concentrados tienen plata, y queremos aumentar su recuperación para ser más eficientes».

La planta de San Juan de Nieva ya había creado una planta de concentrado de plata que aún sigue en funcionamiento y que permite aprovechar buena parte de este metal precioso, pero el objetivo es lograr aprovechar mejor este porcentaje para sacarle más rendimiento y generar menos residuos. Además de la plata, la vista también está puesta en otros metales preciosos, como el oro, que también llegan entremezclados con el concentrado y que, si logran extraerse, supondrían otra posibilidad de comercialización que, aunque no la principal, sí beneficiaría las cuentas de la planta.

A lo largo del pasado año las instalaciones castrillonenses produjeron más de 40.000 toneladas de concentrados de plomo, plata y oro. Y entre los productos que se comercializan se encuentran también el ácido sulfúrico, el dióxido de azufre líquido o el cemento de cobre. Se trata en todos los casos de residuos que se generan en el proceso de producción del zinc electrolítico, pero que son de utilidad para otras empresas y que tienen su lugar en el mercado, algo que AZSA está sabiendo aprovechar tanto para generar un beneficio económico complementario como para evitar tratarlos como residuos.

El resto de la superficie disponible se mantendrá sin cambios a la espera de una posible ampliación de la nueva electrolisis, un proyecto muy a largo plazo, pero que se está teniendo en cuenta en las previsiones de la dirección de la planta. .