«Mi hijo lleva meses sin dormir y necesita que le hagan pruebas»
Elisabet Riesgo alerta de la situación de Asier, que a sus 17 años también sufre «dolor en ojos y piernas, y lo están achicharrando a pastillas sin tener diagnóstico»
La situación en casa de los Riesgo ha llegado a su límite. El joven Asier, de 17 años, lleva meses sin dormir y desde el ... verano también con dolor en ojos y piernas, una pesadilla que no acaba de ver su fin ante la posición de los médicos, que han optado por probar con él diferentes tratamientos que no han dado resultado sin haberle realizado más pruebas que una analítica.
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«Ya no sé a dónde ir», comenta angustiada su madre, Elisabet. «Me dicen que no reúne las condiciones para ser atendido en neurología, tampoco en neurofisiología, tampoco en la unidad de sueño y tampoco en psiquiatría. ¿Qué hacemos entonces?», se pregunta, después de realizar una petición personal en el HUCA y también en el San Agustín.
Todo comenzó en diciembre de 2024, cuando Asier, natural de Luanco, «se dormía bien, pero se despertaba a las 3 ó 4 de la mañana y ya no podía conciliar el sueño. Pensamos que era algo puntual, que nos puede pasar a cualquiera, pero como no se le pasaba fuimos a nuestra doctora de cabecera, Lourdes Luzán, que es la persona que más se ha preocupado por el caso», rememora Elisabet.
Luzán le recetó en un primer momento melatonina y le hizo hincapié en la importancia de la higiene del sueño. «Seguimos las recomendaciones, pero después de dos meses todo seguía igual y probamos Dormidina, Passiflorine, valeriana... todo lo alternativo que existe... y no sólo es que no funcionara, sino que la cosa se fue agravando y Asier empezó a tener dificultades también para conciliar el sueño».
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Así las cosas, madre e hijo acudieron en septiembre a urgencias, donde a Asier le recetaron Deprax, un antidepresivo que tampoco surtió efecto. A raíz de ahí, por mediación de la doctora de cabecera, pusieron rumbo al psiquiatra, aunque en un primer momento fue atendido por una psicóloga. «Nos comentaron que Asier necesitaba terapia, pero como sufría psoriasis, como ella, le dijo que ella también dormía tres o cuatro horas y no pasaba nada. El psiquiatra nos dijo que no era cosa de él, el neurólogo tampoco... y lo último que le hicieron fue un test de drogas que, por supuesto, salió negativo. Asier era un chaval sano y deportista que ahora está agotado, tomando Trankimazin y le cuesta ir al instituto».
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