«Me dijo que me iba a rajar en canal, levantó el martillo y yo lo frené con el bate»

Una situación familiar enconada y dos posturas irreconciliables con varios pleitos en vía civil y penal es el trasfondo de la agresión que el 5 de abril de 2023 tuvo lugar en el número 5 de la avenida San Agustín y que la Fiscalía del Principado de Asturias considera un intento de homicidio por parte de un hombre a la expareja de su hija, que pocas horas después ese mismo día se lanzó por la ventana de un quinto piso en la avenida de Los Telares con la pequeña cuya custodia se estaban disputando. A los pocos días la mujer murió en el Hospital Universitario Central de Asturias.

Este martes, en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, se sentaron los dos (el padre de la mujer fallecida y su expareja) en el banquillo de los acusados, pero sobre el segundo la Fiscalía pidió la absolución al considerar que el delito de lesiones que se le atribuía no fue sino una legítima defensa. Al primero, un hombre de 67 años que lleva desde entonces en prisión provisional, lo acusa de un delito de tentativa de homicidio por el que solicita siete años de cárcel y 13.000 euros entre indemnizaciones y multa también por quebrantar la orden de alejamiento.

Cambió algunos detalles de su versión respecto a las ofrecidas a la Policía Nacional y en fase de instrucción judicial. Aseguró que, el mismo día que se restablecían las visitas de su nieta con su progenitor (que se habían suspendido porque este había sido denunciado por su expareja por presuntos abusos sexuales a la menor, denuncia que acabó siendo archivada), decidió ir a las seis de la mañana al portal del hombre porque «yo quería poner paz y cordura porque esto ya era un desmadre». Lo hizo a sabiendas de que estaba quebrantando una orden de alejamiento y pertrechado con un cuchillo con una hoja de 13 centímetros, un martillo y un spray de pimienta. Apretado por la fiscal sobre este arsenal si sus intenciones eran pacíficas argumentó que lo llevó «porque sé que es violento».

Igualmente negó que le pidiera a un amigo íntimo que le consiguiera una pistola o un sicario, petición sobre la que este amigo se reafirmó en sala.

La expareja de la hija argumentó que iba con un bate porque no era la primera vez que lo atacaba, de hecho el próximo mes de noviembre el hombre de 67 se volverá a sentar en el banquillo acusado de otro presunto delito de homicidio. Y, de hecho, si no hubiera sido por el bate, le habría partido el cráneo, según interpretó la fiscal. «'Te voy a rajar en canal', me dijo. Levantó el martillo y yo lo frené con el bate en alto y en horizontal sujetado con las dos manos y dando un paso para atrás. El martillo sale como un proyectil al lado de mi cabeza. Después se me abalanzó y me agarró contra la puerta del ascensor, ahí caímos el suelo y me echó el spray pimienta», relató su exyerno.

Los policías locales que acudieron por la llamada de un vecino aseguraron que tuvieron que ir al coche a por una máscara para los ojos por el spray y que el más joven estaba inmovilizando al más mayor, que estaba semiinconsciente, sobre el suelo.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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