El maíz de Gaxín no sobrevive a las piaras de jabalíes
El agricultor Emilio Corona lamenta el silencio del Ayuntamiento de Avilés que no responde a su solicitud para organizar batidas del animal con arqueros
Son ya varios años los que Emilio Corona lleva sufriendo los destrozos provocados por los jabalíes en sus cultivos de maíz. No solo en el ... maíz. También en el resto de siembras de una propiedad que, como el resto de la zona, ya no saben a quién recurrir para plantar cara a una población en aumento de este animal que acaba con todas aquellas plantaciones que atraviesa cuando se lanza a la búsqueda de alimento.
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Si ya es desesperante que los jabalíes se carguen un huerto de autoabastecimiento, lo es más cuando, como en este caso, el maíz es un negocio y, como tal, un sustento familiar. De ahí que Corona haya solicitado permiso al Ayuntamiento de Avilés para organizar batidas de jabalíes con arqueros. Sin embargo no ha obtenido respuesta y, mientras tanto, las acometidas contra su cultivo se suceden día sí y día también.
«Primero llamé al Principado y me dijeron que tenía que ser el Ayuntamiento. Me consta que el de Castrillón da permisos y también otros porque es necesario controlar la población de jabalíes. Sin embargo a mí no me responden y yo soy el que sufre las consecuencias y las pérdidas económicas», se lamenta.
Desde el Ayuntamiento aseguran, en cambio, que es competencia autonómica porque se trata de fauna salvaje. A veces es el propio Ayuntamiento el que pide a la consejería de Medio Rural y Política Agraria que realice alguna ronda con perros para ahuyentarlos porque efectivamente les consta que a veces pasan por Avilés en busca de comida. Los jabalíes han llegado a pasearse por las calles del centro de la ciudad en horario nocturno. Primero fueron apariciones anecdóticas, pero en algunas zonas como La Grandiella o Jardín de Cantos dejaron de serlo pronto. Son zonas residenciales muy próximas a zonas arboladas y boscosas en las que se guardan los suidos durante el día.
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En cualquier caso, y a propósito de este asunto, «desde luego no vemos que la población de jabalíes se controle con arqueros. Existe este método y otros que son menos agresivos», apuntan.
Mientras espera alguna respuesta, Corona solo puede lamentarse por unos nuevos metros cuadrados de plantación de maíz destrozada que se suman a los de ayer y a los de antes de ayer. Y da igual que se valle que no porque estas defensas perimetrales no son impedimento para ellos.
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