«Las placas del Instituto de Vivienda solo son informativas»

El grupo municipal de Vox denunció ayer que las cartas enviadas por el Ayuntamiento para que los vecinos retiren de las fachadas las placas del antiguo Instituto Nacional de la Vivienda donde aparece el símbolo franquista del yugo y las flechas son «coercitivas» .

La edil Arancha Martínez Riola reiteró además que el gobierno municipal no tiene competencias para enviar estas misivas, que «carecen de base legal» y mostró su preocupación por «la deriva totalitaria y por la manipulación y el uso de la historia con fines políticos».

Martínez Riola manifestó que «partimos de la base que la concejal de Vivienda y Memoria Democrática, por mucho que le moleste, carece de competencias para la retirada de ningún elemento en fachadas particulares ya que, de acuerdo a la ley, sólo la Consejería tendría dicha potestad».

En su opinión «los elementos a retirar deben formar parte de un catálogo que no existe, y al no existir no contiene ningún elemento, mucho menos las placas en propiedades privadas de las fachadas que no exaltan ningún régimen, sino que son meramente informativas sobre el régimen de protección oficial».

En opinión de Arancha Martínez, «la construcción de viviendas en los años 50 del siglo XX para colectivos desfavorecidos no se puede considerar como una exaltación de la sublevación militar y de la dictadura, sus dirigentes o participantes, tal y como dice la ley». Según manifestó, el propósito es «ocultar que las políticas de vivienda de aquel entonces dejan en evidencia a los gobiernos que se llaman y presumen de ser progresistas porque los datos actuales de creación de vivienda pública quedan en ridículo comparados con los de esa etapa que tanto detestan».

Junto a la edil estuvo el diputado de Vox en la Junta General del Principado, Javier Jové, que criticó la Ley de Memoria Histórica porque «solo busca enfrentar a los asturianos y regar con ingentes subvenciones a los chiringuitos de amigos».

Según el diputado regional, la actitud de la izquierda «quiere agitar viejos odios y miedos ya superados, además de enfrentar a la sociedad y deslegitimar al adversario político».