San Roque bendice a todas las mascotas en El Carbayedo
La capilla de Galiana acogió un año más la tradicional bendición que se había perdido hace medio siglo y cada año es más multitudinaria
El barrio avilesino de El Carbayedo ya está disfrutando de sus fiestas, las de San Roque, y además del patrón del barrio este es el santo de los animales, de ahí que hace tres años se recuperase la tradicional bendición de las mascotas que ayer se celebró en la capilla de Galiana con una multitud de perros, gatos e incluso alguna tortuga y una cobaya que no se quisieron perder este evento.
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La tradición la recuperó hace ya tres años la Cofradía de Jesusín de Galiana y esta tercera edición tuvo aún una mayor acogida entre los avilesinos, que de hecho ocuparon los dos laterales de la capilla por primera vez dada la cantidad de mascotas que se congregaron.
«Es increíble cómo está creciendo la tradición. Todos los años nos preguntan más y eso es buena señal, así que en principio se seguirá celebrando para que se puedan bendecir todas las mascotas de Avilés», anticipó ayer con optimismo Marita Fernández, vicehermana mayor de Jesusín de Galiana y una de las impulsoras de esta iniciativa tan curiosa.
A las puertas de la capilla se agolparon todo tipo de animales, la mayoría de ellos perros de todas las razas, colores y tamaños. Sin embargo, también hubo mascotas menos comunes como Puchy, una cobaya de dos años que recibió la bendición de San Roque en brazos de su dueño, el pequeño Marcos. «Somos de Madrid y venimos todos los veranos a Avilés y desde que se recuperó la tradición trae a la cobaya porque le encanta», comentaba sus familia mientras contemplaba a la mascota.
Aunque los gatos suelen ser mascotas muy caseras, también se vio alguno en El Carbayedo. Por ejemplo el pequeño Tipo, de tres meses, que estuvo acurrucado en todo momento en brazos de su dueña, Mari Carmen Carragal.
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Quienes no suelen fallar a esta tradición son las tortugas, mascotas que parecen tener muy buena acogida en los hogares avilesinos. Este año el protagonismo se lo llevó Summer, que estiraba el cuello desde su caja mientras el pequeño David la acercaba a la capilla para que recibiese la bendición.
La ceremonia estuvo en manos del párroco Alfonso López, que bendijo a todos los animales, sin excepción, ungiéndoles con agua bendita. «Esta es una bendición muy especial, dirigida a las mascotas que son tan especiales. Habrá quienes no nos entienda, pero ellos son seres que nos necesitan en todo momento como nosotros a nuestra familia y amigos. San Roque estuvo cuidado por un perro cuando enfermó que le daba pan y ellos nos dan amor cada día».
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