Seis meses a la espera de una oferta económica para adquirir Alu Ibérica

Desde que a finales de octubre del año pasado se aprobase el plan de liquidación de Alu Ibérica han sido más de una docena de empresas las que se interesaron por los terrenos que ocupa la antigua Alcoa y por la propia planta de producción de aluminio. Muchas de ellas se desentendieron pronto de la operación, pero quedaron tres: Ignis, Trafigura y la avilesina Windar, que parecían tener verdadero interés en la adquisición de los activos. Incluso hace unas semanas, en plena campaña electoral y durante una visita de la ministra de Ciencia, Diana Morant, a las instalaciones de Windar en el puerto, su presidente, Orlando Alonso, aseguró que se estaba preparando «un proyecto muy potente» para la totalidad del suelo de Alu Ibérica. Sin embargo, ese proyecto, a un día de cumplirse el plazo inicialmente fijado de seis meses para la compra «en globo» de los bienes de la sociedad, todavía no ha llegado a la mesa de la administración concursal.

Esto no quiere decir, sin embargo, que ya no vaya a poder lugar esa venta en globo, la opción preferida por la administración concursal. El de seis meses es un plazo orientativo pero flexible. El plan de liquidación ya contemplaba tanto la posibilidad de acortarlo como de alargarlo. La primera, en el caso de que hubieran existido ofertas económicamente satisfactorias, que permitieran saldar la deuda de la compañía y que se considerase que no eran mejorables a tenor de los contactos mantenidos con los distintos inversores interesados. La segunda, si se consideraba que esa oferta podría aún llegar. El plan recogía que ese plazo podría ampliarse en periodos de tres meses adicionales «hasta el momento en el que, a juicio de la administración concursal, no existieran posibilidades reales de enajenación de los activos por ausencia de interesados». Si la próxima semana se materializase una oferta por la totalidad de los bienes, esta se estudiaría.

Si la venta en globo no logra fructificar, existe una segunda posibilidad, que es la de proceder a una venta individualizada o en lotes. En cualquier caso, los terrenos y las construcciones son indivisibles, y solo se aceptaría la separación de otros bienes como las aplicaciones informáticas o las existencias que quedan en los almacenes y el aluminio en las cubas.

El objetivo, no obstante, no es otro que el lograr satisfacer las deudas de Alu Ibérica, que ascienden a más de 26 millones de euros. El plan, sin embargo, no planteaba un precio concreto, sino que dejaba a los inversores ofrecer la cantidad que considerasen más adecuada. De momento, aún está por ver si esa oferta llega finalmente a producirse.

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