Las zabarceras vuelven a vender con la vista puesta en la apertura de la plaza

Las zabarceras volvieron ayer a colocar sus puestos de venta de alimentación, aunque en el entorno del parque del Muelle, la nueva ubicación en la que el Ayuntamiento ha ordenado la celebración del mercado semanal para garantizar la distancia entre puestos, pero que no resultó del agrado de todos los vendedores, quienes ayer aseguraban que la jornada no estaba teniendo muchas ventas a pesar del volumen de gente que se vio paseando por la zona durante toda la mañana.

El buen tiempo de la jornada de ayer consiguió animar el ambiente en la vuelta a la actividad de las zabarceras tras el periodo de confinamiento. El entorno del parque de El Muelle estuvo muy transitado por clientes que cumplieron con las recomendaciones lanzadas desde el Ayuntamiento, puesto que no se vio en ningún momento la presencia de niños y la gran mayoría de las personas acudieron con guantes y mascarillas. Sin embargo, el nivel de ventas no fue muy abultado, algo que entraba dentro de las previsiones de los vendedores para esta vuelta a la actividad.

Sobre las horas centrales de la mañana se pudo ver una afluencia considerable de personas pero, según aseguró una de las vendedoras de productos frescos, muchas de ellas se limitaban a pasear y casi no compraban. Lo cierto es que, a pesar del gentío, no se vieron grandes colas ni aglomeraciones de clientes sobre ningún puesto en concreto.

Una de las primeras personas en acudir ayer al que será provisionalmente el nuevo emplazamiento del mercado de los lunes fue la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, quien explicó que el cambio de ubicación de los puestos ha sido «una solución cómoda para garantizar las medidas sanitarias, permitiendo que se pueda volver a vender este tipo de productos», una modalidad de venta tradicional que, según aseguró «tiene mucho que ver con la apuesta por el consumo local».

La regidora de la ciudad habló con los encargados de todos los puestos de venta, quienes mostraron su deseo de volver a la plaza de Hermanos Orbón lo antes posible, principalmente porque en esta nueva zona no tienen soportales para cubrirse si llueve. «El lugar de la plaza siempre ha sido dentro, se podría organizar de otra forma para que volviésemos allí», manifestó una de las vendedoras más descontentas con el cambio, que se preguntaba cómo iban a vender los días de lluvia. Pero esta decisión, según les explicó Monteserín se tomó por motivos de seguridad. «Esta zona es más abierta, las colas se hacen mejor , así vamos ensayando poco a poco porque la plaza tiene vocación de abrirse pero en un sentido único y con otro tipo de medidas, es importante acostumbrar a la gente a coger esa responsabilidad».

Precisamente la alcaldesa realizó un llamamiento a la prudencia de todos los ciudadanos, recordando que esto es solo «un despertar positivo», ya que el virus aún continúa presente. «Estamos en un momento en el que todos somos interdependientes, la seguridad depende de la responsabilidad de todos, hay que acostumbrase a hacer las cosas así para no volver a provocar al bicho que tanto daño está haciendo».