La zona de bajas emisiones de Avilés será la base para un tráfico 'inteligente' que limite el ruido
La propuesta plantea instalar sensores en toda la ciudad para informar de los estacionamientos y regular la circulación para reducir las molestias
La página web del Ayuntamiento de Avilés inició ayer el proceso de consulta pública de la nueva ordenanza de la zona de bajas emisiones (ZBE) ... cuya vocación es transformar la movilidad en el concejo con un cambio radical en el centro de la ciudad. Las líneas maestras que plantea la propuesta en la que lleva tiempo trabajando el concejal Pelayo García puede suponer uno de los mayores cambios en la movilidad en la ciudad, comparable a lo que supuso a principios de los años 80 del pasado siglo el inicio de la peatonalización.
Los distintivos ambientales de los vehículos y las nuevas tecnologías serán dos elementos claves en su desarrollo. Así, se eliminará la red de bolardos existentes que serán sustituidos por una red de cámaras para comprobar de manera automática que los vehículos realizan los recorridos a los que se encuentran autorizados.
Por ejemplo, el bolardo de la calle Emile Robín desaparecerá y todos los vehículos, con independencia de su distintivo ambiental, podrán pasar por esa calle siempre que su destino sea el aparcamiento público de la calle Cuba, en el Centro Comercial El Atrio. El recorrido deberá ser directo. Para comprobarlo, un sistema de vigilancia registrará los datos de paso por ese punto y el acceso al aparcamiento.
Los sistemas de recogida de información también se quieren aplicar para informar a los conductores de los lugares con estacionamientos disponibles. La información llegará a los conductores a través de las aplicaciones de la zona azul además de las diferentes ayudas a la conducción que cada vez se encuentran en más vehículos.
De esta manera se quiere evitar las vueltas de los vehículos por la ciudad, reduciendo el impacto sonoro y ambiental. Las diferentes aplicaciones también se quiere ofrecer a las empresas de transporte, de manera que se puede racionalizar los horarios de carga y descarga, planificando la llegada de los vehículos.
Todo eso, lógicamente, implicará un cambio en la manera de desplazarse y de conducir, toda vez que los conductores, bien particulares o profesionales, deberán acostumbrarse a utilizar esos dispositivos.
Al tiempo, las administraciones dispondrán de una cantidad de datos, cuyo análisis puede repercutir en una mejor gestión del tráfico, el mantenimiento urbano y las propias intervenciones en la ciudad.
Vehículos de los vecinos
La propuesta municipal deja claro que el acceso a la ZBE se limitará a los vehículos con distintivos ambientales, es decir eléctricos o con mínimas emisiones. La única excepción son los residentes en el perímetro de la ZBE. Podrán seguir circulando por ella con independencia de su distintivo ambiental.
A partir de ahí, la propuesta realiza una serie de planteamientos que, en parte, beben de la experiencia acumulada en la gestión de los bolardos. Así, se abre la posibilidad de excepciones para particulares que deban recoger o entregar mercancías voluminosas dentro de la ZBE o el acceso de personas con movilidad reducida o discapacidad reconocida que deban realizar gestiones en ella.
Lógicamente, los vehículos de emergencias no tendrán ningún tipo de restricciones. A partir de ahí, se mirará todo tipo de movilidad, incluyendo bicicletas y movilidad personal que tendrán un apartado concreto sobre la manera en la que se podrán utilizar en ese espacio, si bien la idea es facilitar el libre acceso, aunque no se desvela las posibles restricciones.
El sector del taxi y los vehículos de transporte con conductor (VTC) podrán acceder, pero los sistemas automáticos citados velarán para que no atraviesan las zonas peatonales de manera innecesaria.
Los autobuses de líneas regulares mantendrán sus recorridos y no se descarta aprovechar la supresión de estacionamientos para ubicar nuevas paradas. También se estudiará crear un aparcamiento para los servicios discrecionales de transporte de viajeros.
El sector de carga y descarga podrá tener nuevas restricciones en función de su peso autorizado, además del sistema de tracción. Debido a la superficie que se regulará, el gobierno no descarta aplicar tramos horarios diferentes en función de las zonas. Es uno de los puntos donde se abre más el abanico de opciones, a la espera de lo que se recoja en la consulta ciudadana.
También se quiere pulsar la opinión de los vecinos en otro aspecto complejo como los vehículos para obras y cuya entrada en la ZBE responde a tipologías muy diferentes. Existen opciones como un tiempo máximo de estancia o establecer franjas horarias, pero no se establece ninguna preferencia.
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