El hallazgo de piezas prerrománicas en Lena revela la conexión internacional del reino astur

Las piezas descubiertas por el investigador en una visita a la sacristía de San Lorenzo de Folgueras son un capitel imposta similar a los de templos prerrománicos como el conventín de Valdediós y San Salvador de Priesca, y la más importante, un epígrafe de advocación a San Clemente Obispo (el cuarto papa de Roma) que en la interpretación de Muñiz «se refiere a la deposición de una reliquia» en el templo al que pertenecería la lápida. La relevancia de esta inscripción, para el arqueólogo, estriba en que el descubrimiento de los restos del tercer sucesor de San Pedro en Korsún (Crimea) ocurrió en el año 861, el mismo contexto en que se construye Santa Cristina de Lena y el hecho de que la reliquia pudiera haber llegado a Asturias poco tiempo después mostraría la conexión internacional del reino y también su cierto peso 'político', ya que, como apuntó el historiador, «Esa era una de las reliquias más prestigiosas de ese momento, solo pudo viajar con autorización papal y un presente así no se entregaba a cualquiera». Sería también una nueva constatación de que «el mundo de ese periodo estaba comunicado y conectado, de manera que unas reliquias aparecidas en Crimea, podían viajar desde Bizancio y Roma hasta Lena».

El hallazgo de ambas piezas abre a su vez dos hipótesis: bien que existiese otro templo prerrománico por localizar próximo a Santa Cristina de Lena y construido para albergar la reliquia de San Clemente, o que la advocación original de Santa Cristina fuese la dedicada al cuarto papa de Roma. En favor de la segunda posibilidad estarían los argumentos de que Santa Cristina no era una advocación especialmente practicada en dicha época o el dato de que la primera mención documental conocida hasta ahora sea de 1610. Sobre la hipótesis de que su nombre primigenio fuese el de San Clemente, por su parte, aparece documentada en 1385 una iglesia parroquial de San Clemente que se correspondería con la actual de Felgueras. En su trabajo de investigación, que ha incluido desde el estudio de documentación, toponimia, trabajo de campo y encuestas orales, Muñiz localizó el apeo de un pleito de tierras en el que se cita a Santa Cristina con una anticipación de casi dos siglos a esa primera mención del XVII. El encaje definitivo de todas esas piezas del puzle podría servir para resolver el enigma del origen y significado de una de las iglesias emblemáticas del prerrománico.

Otra de las perspectivas que amplía el trabajo emprendido por Iván Muñiz es la de situar Santa Cristina de Lena en su propio paisaje, una zona, la del valle del Lena, que «fue un importante enclave de la realeza y la aristocracia desde los primeros tiempos altomedievales». Ubicada en el Camín Real –que aún hoy conduce al templo y que los vecinos denominan La Caleyona de la Señora–, tanto la iglesia como su entorno y sus tierras, en donde existió un cellero o palacio (al que podría aludir el topónimo El Palacio, de una aldea cercana), es decir un edificio administrativo que organizaba el territorio, pertenecieron desde el año 1200 hasta 1834 al monasterio de San Salvador de Valdediós. Un hecho más, que en opinión del historiador, apoyaría la relevancia que el enclave tuvo desde la época de la monarquía asturiana hasta fechas relativamente próximas. En octubre, el arqueólogo desvelará todas las claves que aún quedan por mostrar en el mismo marco que ayer lo hacía con el avance del hallazgo de las dos piezas prerrománicas en San Lorenzo de Felgueras. El Museo Arqueológico de Asturias y la Consejería de Cultura ya se ha comprometido a la publicación de este estudio revelador para el conocimiento de la historia del reino asturiano.