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Los integrantes de la Compañía Asturiana de Comedias preparan la función de hoy en su local de ensayo. Damián Arienza

La Asturiana de Comedias regresa con tres obras que son «del pueblo para el pueblo»

El Teatro Jovellanos acoge esta tarde la puesta en escena de varios sainetes que la compañía comenzó a interpretar en 1986

Inés Barea

Gijón

Martes, 19 de agosto 2025

«Los repetimos porque son muy graciosos. Y las cosas curiosas, graciosas, le prestan mucho a la gente», asegura Pili Ibaseta, la más veterana de ... la Compañía Asturiana de Comedias, al hablar de los tres sainetes que se van a poner en escena esta tarde en el Teatro Jovellanos de Gijón. Se trata de 'Los figos de San Miguel' y 'La declaración', de Arsenio González, y 'Pitición de manu', de Antón de la Braña. Tres textos con los que retomaban su andadura en 1986 y que ahora suben de nuevo al escenario porque «después de unos cinco o seis años haciendo innovaciones y piezas diferentes, era el momento de volver a nuestros orígenes», sostiene Armando Felgueroso, otro de los miembros más antiguos, al que acompañan en esta aventura Lluis Antón González, Marta Casas, Bibiana Vega, Berta Suárez, Pili Ibaseta, Norberto Sánchez, Carmen Castillo, María Pallarés, Mar Huelga y Josefina García.

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Las que interpretarán hoy son tres obras de «un teatro muy próximo a nosotros», explica. «Está hecho aquí, por los de aquí, para los de aquí. Del pueblo para el pueblo». Y por eso, aunque «no deja de ser un teatro universal, los personajes son tan locales que algunas situaciones son súper reconocibles por el público». Quizá este sea uno de los muchos ingredientes de su éxito –que si se puede medir en público, es siempre rotundo–. Son también obras «especiales, cada una a su manera», argumenta Bibiana Vega. «En cada una, cada persona tiene su gracia, sus puntos y tiene algo que decir». Ella, por ejemplo, pasará de ser una mujer fuerte de carácter a convertirse, en el siguiente acto, en una eterna enamorada. «El público no va a ver una obra, va a ver tres, así que hay que intentar en cada una hacer un papel diferente», añade Felgueroso.

'Los figos de San Miguel' –un texto «que llevará más de 300 representaciones» con la compañía–, está hecha en verso, «que es más complicado que la prosa», afirma este actor. «Lo más difícil es que no puedes caer en el chascarrillo de cantar, tienes que interpretar, no recitar». Es una obra sencilla, «que trata de una cosa bastante cotidiana», pero que «solo por el hecho de ser en verso, ya tiene su encanto».

'La declaración' «es un sainete muy bien elaborado en torno a la declaración de la renta», cuenta Vega, «pero como la palabra declaración tiene varios sentidos, da pie a situaciones muy bien llevadas».

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Por último, 'Pitición de manu' «es un reflejo de cómo se hacían antiguamente en los pueblos» las propuestas de matrimonio. Y es «una muestra de los típicos tópicos», esos lugares comunes donde todos nos vemos reflejados y que, bien ejecutados, conectan instantáneamente con el espectador.

Historia centenaria

Cada vez que sale a escena, la Asturiana de Comedias suma un nuevo logro a su centenaria historia sobre las tablas. Triunfan porque hacen reír, porque conectan con un público que se ve a sí mismo en cada personaje y, también, porque transmiten los valores que llevan por bandera como compañía. «Somos 'amateurs' solamente porque no vivimos de ello», asegura Norberto Sánchez. «Pero lo hacemos igual o incluso mejor», pues trabajan con el compromiso de auténticos profesionales a los que avala su pasado –y su presente– y a los que une el amor por una disciplina que es, coinciden todos en afirmar, una «válvula de escape». «Para mí, la satisfacción de salir del escenario después de haber hecho feliz a un montón de personas y que se hayan evadido conmigo de los problemas del mundo, es una satisfacción», afirma Felgueroso. «Y el arte es eso. Dar lo mejor de ti a cambio del aplauso. Si es que te lo mereces, claro», bromea.

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Así de sencillo suena, pero mucho más complejo es lograr una trayectoria tan longeva y fructífera como la suya. Y por eso celebran su historia volviendo a aquellos sainetes con los que ya sacaron sonrisas en 1986 y que Ibaseta, 35 años después, todavía recita de memoria como quien guarda en sus recuerdos un pequeño tesoro. Un regalo en forma de versos que ahora volverán a poner en manos del público.

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