El caballero derrotado por una pregunta

Wagner recrea en tres actos la leyenda de Lohengrin, el hijo de Parsifal y caballero del Santo Grial, enviado en su barca tirada por un cisne al reino de Brabante para defender a Elsa de una acusación de asesinato lanzada por Friedrich y su mujer Ortrud. En el 'Juicio de Dios', Lohengrin vence a Friedrich y se casa con Elsa. Pero como los caballeros andantes están obligados a ser discretos, Lohengrin le impone una condición: que no le pregunte ni su nombre ni su procedencia. La curiosidad de Elsa, azuzada por Ortrud, hace que no cumpla esa condición, con lo que Lohengrin, tras declarar su nombre, deberá regresar a la montaña del Grial. Wagner proyecta en este mito una serie de complejos simbolismos, desde la oposición del mundo cristiano de Elsa y Lohengrin frente al paganismo de Ormud, hasta la encarnación del artista, condenado a la soledad y a la renuncia del amor, pese a sus victorias con las armas.

Musicalmente, se dan aspectos muy novedosos en Lohengrin que aparecen ya en los primeros compases del primer preludio. La sonoridad de la cuerda producida por las divisiones de los violines, el anuncio del tema del Grial que va a identificar a Lohengrin y que será como a la melodía infinita en el tercer acto, el crescendo continuo hasta el clímax para decrecer progresivamente hasta el silencio, son cualidades de este primer preludio que muestran la proyección sinfónica que envuelve toda la ópera. Otra cualidad importante es que los personajes principales de la obra -Lohengrin, Elsa, Friedrich, Ortrud y Enrique I el Pajarero- se identifican por una música propia, lo que es el principio del leitmotiv wagneriano.

En España algunos fragmentos de 'Lohengrin' están entre la música más popular de Wagner. Fundamentalmente, los preludios del primer y tercer actos, interpretados como un 'tour de force' por las orquestas sinfónicas, y la 'Marcha Nupcial', que rivaliza con la de Mendelssohn en las bodas. En la Temporada de Ópera del Campoamor, 'Lohengrin' se representó por primera vez en 1949, una 'rara avis', sobre todo si se tiene en cuenta que entonces las temporadas se denominaban 'Gran Temporada de Ópera Italiana', y estuvo dirigida por Von Benda, fundador y director de la Orquesta de Cámara de Berlín. La segunda representación fue en 1965, interpretada por Franco Tagliavini y Laura Londi. Fuera de las temporadas, esta ópera se escenificó varias veces en el Campoamor, la última en 1983, dentro del Festival de Música de la Universidad, por una compañía polaca que encabezaba un tenor terrible que cuando decía 'Elsa' parecía que volaban una bandada de estorninos.

A partir del 25 de enero, regresa 'Lohengrin' a Oviedo para cerrar la 76 temporada. El director alemán Christoph Gedschold, conocido en Oviedo por haber dirigido en 2019 'El Ocaso de los dioses' estará al frente de la OSPA y el Coro Lohengrin Global Atac (Coro Intermezzo). La dirección escénica correrá a cargo de Guillermo Amaya, sobre una escenografía de Pablo Menor. Los intérpretes serán Samuel Sakker (Lohengrin), Miren Urbieta-Vega (Elsa), Simon Neal (Friederich Telramund), Stéphanie Mutter (Ortrud), Insung Sing (Enrique I el Pajarero), Borja Quiza (Heraldo del rey), Javier Blanco, Andoni Martínez Baragaño, Francisco Sierra Fernández y Sergey Zavalin (nobles de Brabante).