«Quiero hacer películas para el público y que a mí me dejen tranquilo»
Woody Allen indaga en la mortalidad en su última película, ‘Irrational Man’, protagonizada por Emma Stone y Joaquin Phoenix
María Estévez
Jueves, 24 de septiembre 2015, 03:45
Vuelve Woody Allen. Más filosofo que nunca, estrena Irrational Man, protagonizada por Joaquin Phoenix y Emma Stone. El director, que esta semana se paseará por el Festival de San Sebastián, tiene tiempo para hablar sobre una cinta en la que cuenta de nuevo con Stone, su última musa. De niño, a Woody Allen le preocupaban tres cosas: el béisbol, la magia y los asesinatos. Éste es el tema del argumento de Irrational Man, filme en el que el director explora la infidelidad y la mortalidad a partes iguales. Allen, director de más de 45 películas, presenta una de las cintas más serias de su carrera.
Publicidad
¿Siente su influencia en las nuevas generaciones de directores y actores?
No. Si un estudiante de cine está viendo mi película en Oklahoma y aprende algo yo no soy consciente de ello. Me sorprende mucho cuando oigo cosas así, porque no hay evidencia de mi influencia. No lo digo para desacreditar a nadie, simplemente no me interesa porque no lo veo. Martin Scorsese influye en todo el mundo y lo merece porque es fabuloso, pero yo no busco eso. Quiero hacer películas para el público y que a mí me dejen tranquilo. Cuando empiezas en este negocio, descubres muy pronto que la fama y la fortuna es algo fortuito y pasajero, vacío, una euforia que pasa pronto. Lo realmente divertido e importante es la realización, trabajar en equipo. La reacción de los críticos y el dinero que haga o no haga la película no te hacen feliz.
Usted consigue siempre los actores que quiere y no les paga millonadas.
Es cierto. Pero hay muchos actores con talento y pocos proyectos que merezcan la pena. Cuando esos actores tienen dos semanas libres entre superproducción y superproducción aprovechan para trabajar conmigo. Entiendo que esas películas brindan dinero y reconocimiento. Nosotros no ofrecemos nada de eso, pero les damos algo con más sustancia. En mis obras los protagonistas no tienen que enfrentarse a explosiones, perseguir coches, ni esconderse: se trata de interpretar, de poner el corazón en cada escena, de ser actores y artistas. Si a un intérprete le das un papel decente lo acepta encantado, aunque tenga que sacrificar el dinero que pueda ganar.
Cada cierto tiempo decide escribir el guión de un filme sobre un asesino sin remordimientos. ¿Qué le interesa de estos personajes?
Me interesan las historias serias como Crimen y Castigo o Macbeth, pero también las películas de Alfred Hitchcock, que están muy bien hechas. Es un tema que me interesa, que me gusta leer y ver. El contenido narrativo es importante, me gusta que mis películas tengan sustancia. Cuando rodé Match Point no era solo una película para ver en el avión, decía algo más. Mereció la pena el intento porque tenía drama y el asesinato me sirvió para contar otras historias parejas, igual que las tragedias griegas o Shakespeare.
El personaje de Joaquin Phoenix es bastante abstracto.
Al principio está completamente perdido. Todo su idealismo, toda su vida no tiene sentido y no le importa vivir o morir. Nada funciona en su existencia. Sus pensamientos, aunque nobles, no tienen sentido. Sus amigos lo abandonan y el mundo no opera para él. Lo divertido en este caso es el aspecto religioso. Él gana su fe en algo, por supuesto, totalmente irracional, pero no más irracional que el catolicismo o el judaísmo o cualquier otra religión. Él cree en su nueva fe y su vida empieza a girar en torno a ella, pero, desafortunadamente, no es el tipo de decisión que uno debe tomar.
Publicidad
¿Pensó en Joaquin Phoenix mientras escribía el personaje?
No. No tuve a nadie en mente. Pero cuando terminé leí el guión y me dije a mí mismo: quiero conseguir a alguien realmente atractivo, guapo, tipo Brad Pitt o Leo DiCaprio, y fue cuando el nombre de Joaquin surgió y me cazó. Cuando tienes la posibilidad de trabajar con alguien como Joaquin, automáticamente consigues un personaje problemático, confuso. El lenguaje corporal de Phoenix es muy expresivo, tiene su ritmo al andar, al hablar.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión