El comienzo brillante de la etapa Coelho
La OSPA abrió en el Jovellanos la temporada de abono, con su nuevo director titular y artístico y con Pablo Ferrández como violonchelo solista
RAMÓN AVELLO
OVIEDO.
Viernes, 14 de octubre 2022, 01:24
El concierto inaugural de la temporada de abono de la OSPA, celebrado ayer en el Teatro Jovellanos de Gijón, tuvo algo de declaración de ... intenciones y hoja de ruta sobre lo que será el comienzo de la nueva 'etapa Coelho'. Se caracterizará por solistas de primera fila, como el violonchelista madrileño Pablo Ferrández, algo que la OSPA lleva haciendo prácticamente desde su fundación; apertura 'sensata' y rigurosa a la música contemporánea, incluyendo, por supuesto la del siglo XXI, y seguir puliendo el inmenso repertorio sinfónico del clasicismo y romanticismo. El concierto de ayer fue el primero de Nuno Coelho como titular de la OSPA, aunque no es la primera vez que el joven músico lusitano se pone delante de la orquesta asturiana.
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Coelho es un pequeño gran director. Al principio de la segunda parte, se dirigió al público agradeciendo la presencia y declarando que estaba «muy ilusionado por el camino que acabamos de empezar juntos». Dio unas pinceladas muy simpáticas sobre las obras interpretadas, todo un 'programón'.
El director portugués es de gestos muy claros, dinámicas siempre relevantes y posee una gran riqueza agógica, que es esa facilidad para mover los tiempos internos de las obras. De esta manera consigue unas versiones muy vivas. En tan poco tiempo, parece que ya se ha hecho con buena parte de los músicos.
Comenzó el concierto con 'Agua Cinerea', primera obra del catálogo del compositor valenciano Francisco Coll García, escrita en el 2004. El título alude a los días grises, cenicientos y brumosos que el autor vivió en su primera juventud en Londres. La obra traduce sonoramente cierta sensación psicológica de la bruma y el hastío en la capital inglesa. Es una composición de texturas muy densas, pequeños intervalos de tercera menor repetitivos y de sutilezas tímbricas que denotan un conocimiento muy plástico de los instrumentos de la orquesta. Sin renunciar a la modernidad es una obra fácil de seguir.
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Las 'Variaciones sobre un tema rococó para violonchelo y orquesta', de Chaikovski, más allá de la evocación del 'estilo galante', tan grato al compositor, entremezclan virtuosismo desaforado e intensidad emocional en alguna de las variaciones. Pablo Ferrández hizo una recreación bellísima de la obra, más que en lo ornamental se centró en los diálogos con la orquesta -especialmente con la flauta- y en la expresividad. En este sentido, la sexta y séptima variación fueron prodigiosas. Tras los aplausos interpretó, creo que mejor que Pablo Casals, el 'Preludio número 1 en sol mayor para violonchelo solo', de Bach.
El programa de ayer reunió a un discípulo, (Coll), con su maestro Thomas Adès, compositor londinense nacido en 1971. Adès combina en su música modernidad y cierto eclecticismo lo que, sin duda da a su música un carácter comunicativo e inteligible. 'Powder her face' -'empolva su cara', alusión directa a una felación- es una ópera de cámara sobre la duquesa de Arghyll, protagonista del llamado 'divorcio del siglo' en la década de los sesenta en Gran Bretaña. (Luego vendrán otros divorcios más sonados). De la ópera, hemos escuchado las tres 'Danzas', La más interesante, la tercera, un tango con cierto guiño a Piazzolla.
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El concierto finalizó con la suite de valses sobre 'El caballero de la rosa', de Richard Strauss, una evocación sentimental de Viena inspirada en la ópera homónima del compositor. Hay una idea de nostalgia y de decadencia en esta obra muy colorista, muy rítmica y expresiva. La versión de Coelho fue arrebatadora, consiguiendo que todos los instrumentistas respirasen y se moviesen juntos, como si hubiesen interiorizado el ritmo del vals.
Concierto muy aplaudido y que reafirma la buena elección de este joven director.
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