Duetos venturosos que se bailan
Pablo Dávila ultima el estreno en Danza Xixón de su primer espectáculo con su propia compañía, una reflexión en movimiento sobre la fortuna
Higiénico Papel es su vida. Y ahora, sin dejar de lado a la veterana compañía gijonesa, el bailarín Pablo Dávila da un paso al frente ... y pone en marcha su propio proyecto, con su propio nombre en la búsqueda de un sello propio. Se estrenará esa compañía en el marco de Danza Xixón, que el 12 de octubre programa 'Duetos sobre la fortuna', tres piezas bailadas por el propio Dávila y la bailarina también asturiana Silvia Bango que buscan servirse de diferentes lenguajes y músicas para adentrarse en reflexiones dispares sobre ese mismo concepto. Le bailará a la fortuna como una forma de amor, también la del arraigo, que es para otros la desfortuna de nacer en un lugar donde las cosas no son fáciles, y también mirando hacia la ambición.
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Hubo primero un largo periodo de trabajo de mesa. Porque la danza se piensa, se lee, se escribe, se alimenta de influencias dispares. «Los ensayos con Silvia Bango, una bailarina que estuvo trabajando en Europa en compañías más clásicas y ha decidido volver y está transicionando hacia la danza más contemporánea empezaron en agosto, pero yo desde de mayo estoy preparándolo, me gusta tener las cosas claras, investigar, leer material que pueda ser inspirador», cuenta Pablo Dávila. Busca y encuentra en materiales multidisciplinares, en lecturas de textos antiguos. Por ejemplo, para el primero de los duetos, el del amor, ha recurrido a Platón, a 'El banquete', y anda ahora enfrascado en el ensayo de Albert Camus 'Crear peligrosamente'. «No tengo muy claro cómo luego eso se hace danza, pero de repente una frase se puede plasmar en un movimiento por su rítmica, voy inventando herramientas poco a poco».
Señala Dávila que Silvia Bango y él han encajado a la perfección, que él también tiene una formación clásica y eso les une: «Estamos trabajando muy bien juntos», dice el coreógrafo y bailarín, que recurre para este espectáculo a la colaboración del director audiovisual Pablo Casanueva. Él creará las piezas que acompañarán a los duetos, que les sirven de contextualización. «Tiene un ojo increíble y no dudé que quería trabajar con él, será una puesta en escena sencilla con las proyecciones intercaladas entre los duetos a modo de introducción», señala.
Las tres piezas, interpretadas con Silvia Bango, se sirven de lenguajes diferentes
El minimalismo escénico se completa con una música de lo más dispar, desde el clasicismo de un concierto de chelo a una jota asturiana. Hay otra colaboración fundamental en lo musical que es la de Mapi Quintana, «a la que venero, tiene un gusto increíble». Ella firma la partitura del último dueto.
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La disparidad de las piezas es buscada. Es una manera de llegar a todos los públicos al mismo tiempo que el propio autor prueba su versatilidad como coreógrafo.
Tiene Dávila otro proyecto en ciernes. Ha resultado ganador de una de las residencias del Palacio y planea, a través del proyecto 'Foguera', llevar a cabo una investigación antropológica y dancística que se relaciona con las danzas rituales. Para eso habrá que esperar a enero para empezar a trabajar y hasta junio no llegará el resultado final, que Dávila ambiciona que sea un trabajo experimental y a ser posible colectivo, que implique al público. «Lo haremos con mimo, con calma y con rigor», avanza.
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