¿Quieres despedir a tu mascota? Puedes hacerlo en el nuevo canal de EL COMERCIO
Los asistentes ayer al Campoamor tuvieron que dejar dos asientos de separación entre ellos. Á. P.

«La espera ha merecido la pena»

La reapertura de la ópera en el Campoamor se vivió ayer con ilusión y fuertes medidas sanitarias. «Se echaba de menos», aseguraba el público

M. RIVERO

OVIEDO.

Viernes, 11 de diciembre 2020, 04:31

«Entrar en este teatro es entrar en un quirófano». No le faltaba razón a la soprano Ainhoa Arteta, quien acudía ayer a la reapertura ... de la temporada de la Ópera de Oviedo en el Campoamor «feliz» de retomar el espectáculo «con precaución», tras semanas de ensayos e incertidumbre. Y es que el reencuentro con el público se vivió ayer, en palabras del director de escena de Fidelio y Madama Butterfly, Joan Anton Rechi, «con los sentimientos a flor de piel», pero también con fuertes medidas anti-covid.

Publicidad

Las dos obras compartirán escenario esta semana, lo que se ha sentido para muchos abonados como una «pequeña recompensa» a su paciencia. «Se juntan dos grandes obras, así que la espera ha merecido la pena», aseguraba Carmen Fernández Monteavaro junto a su tocaya «y casi familia» Carmen García. «Los actores tienen que haber vivido una locura para ensayar estos días», concedían las dos amigas.

«Hay que adaptarse», comentaban Juan Velasco y María José Gómez a media hora del comienzo de la función sobre las medidas higiénico-sanitarias impuestas por la Fundación. El matrimonio, abonado desde hace treinta años, echaba de menos las noches de ópera, y agradecía el retorno del espectáculo especialmente «dadas las circunstancias». Noviembre también se hizo «largo» para Chari Troteaga, quien ha inculcado la pasión por el género a sus hijas: una de ellas acudía también anoche a ver la obra de Ludwig van Beethoven.

La velada estuvo marcada por los protocolos sanitarios, patentes desde el primer momento de la tarde: tomas de temperatura, dispensadores de gel hidroalcohólico, mascarilla obligatoria y distintas entradas para distintos sectores del teatro, evitando aglomeraciones. Una vez dentro, dos butacas de separación y aforo al 43%, descansos más largos para favorecer la ventilación y constantes indicaciones por megafonía.

Publicidad

«Tenemos que obligar a que la gente observe las normas, en otros sitios están totalmente abiertos y los contagios han bajado», aseveraba el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, quien no quiso perderse la primera noche de ópera tras la parada de noviembre y acudió junto a su esposa, Marta Suárez. Acompañaron al regidor el delegado de Defensa, Juan Luis González Martín, y su mujer, María Ortiz, y el coronel del Regimiento Príncipe, Alfonso Pardo de Santayana, con su esposa, María del Carmen Castro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad