La fascinante 'Manon' de Sabina Puértolas triunfa en el Campoamor
La ópera de Massenet inauguró con un éxito absoluto la 76 Temporada de Opera de Oviedo
RAMÓN AVELLO
OVIEDO.
Lunes, 11 de septiembre 2023, 01:32
'Manon' es una ópera talismán para la ciudad. Este título de Massenet reinauguró hace 75 años el Campoamor y la Temporada de Ópera de ... Oviedo. Voces universales de la lírica cantaron los roles de Manon y Des Grieux en el teatro carbayón. Desde Victoria de los Ángeles a Mirella Freni; desde Alfredo Kraus a Luciano Pavarotti o Jaume Aragall. Ayer, la historia de esta diosa del amor de trágico destino volvió a representarse con un éxito absoluto en el Campoamor, en una versión coproducida por la Ópera de Oviedo, el Teatro Municipal de Santiago de Chile y el Auditorio de Tenerife que fusiona con elegante eclecticismo el ambiente dieciochesco de la novela de Prévost y el romanticismo idealizado de finales del XIX.
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Entre los asistentes, que llenaron el coliseo, acompañaron al anfitrión Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, presidente de Ópera de Oviedo, el alcalde de la ciudad, Alfredo Canteli, que invitó al palco municipal a la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y al exalcalde de La Coruña, Francisco Vázquez. En el patio de butacas, entre muchos otros, el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde; Pablo Junceda, director general de Sabadell Herrero, y Javier Sáenz de Jubera, CEO de TotalEnergies, empresas estas dos últimas que se encuentran entre los patrocinadores de la temporada. En uno de los palcos se podía ver a la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, con la viceconsejera de Cultura Vanessa Gutiérrez; en otro, a varios miembros de la Fundación Victoria de los Ángeles.
Misa rociera por el móvil
Todos ellos pudieron escuchar algunos pateos al saludo en asturiano, que son ya minoritarios. Se centran en la parte izquierda del entresuelo, pero siguen enquistados. Por otra parte, el público debería controlar los teléfonos móviles. En la escena de la fiesta del tercer acto sonó el 'Olé, olé, olé' de la misa rociera a través de un dispositivo. En el preludio del cuarto, el clásico 'Ring, ring' y cuando Manon comenzaba a transustanciarse pudimos escuchar una nueva llamada.
Además de ser un personaje propio del rococó francés, Manon es un claro precedente de la mujer fatal decimonónica y de la muchacha de vida alegre del cabaret contemporáneo. La versión de Emilio Sagi entremezcla y sintetiza con notable buen gusto estos elementos dieciochescos, románticos y del siglo XX. Los cinco actos de la ópera se enmarcan en una escenografía de Daniel Bianco que evoca la paleta de pintores como Fragonard o Watteau. Sobre un espacio único de tonos verdes y azulados, se superponen cuatro módulos con escaleras para el desarrollo de los diferentes actos. Agilidad y variedad escénica, en la que los personajes se mueven con comodidad y naturalidad. Pablo Nuñez diseña un vestuario indefinido, elegante, que aúna rasgos etéreos dieciochescos con trazos más clásicos que recuerdan a Balenciaga. La dirección de Sagi, con cambios escénicos muy rápidos y visibles, fue muy elegante y variada, respetando siempre la unidad de conjunto.
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La orquesta no solamente arropa las voces, sino que también juega un papel estructural en esta ópera. Nuno Coelho, al frente de su OSPA, nos adentra en un paisaje sonoro lleno de sugerencias. Protagonismo absoluto en los preludios sinfónicos que inician cada acto. Intencionalidad descriptiva del alma de los personajes en los numerosos motivos que tejen la obra, y capacidad para subrayar la acción y reflejar los diversos climas emocionales de la ópera fueron cualidades de esta gran versión. Señalaría tres aspectos destacables: primero, la claridad de concepción con la que Coelho juega con los leitmotivs y las dinámicas; segundo, la delicadeza en el color y la intensidad en los matices; y finalmente, que todo ello complementa la acción dramática y las voces.
El Coro de la Ópera de Oviedo (Coro Intermezzo) que dirige Pablo Moras, estuvo siempre compacto y muy bien afinado. Es un coro con gran fuerza escénica y destacó especialmente en los grandes momentos concertantes del segundo y tercer actos.
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Manon es un personaje poliédrico, que a lo largo de la representación va pasando de la inocencia casi infantil a la concupiscencia más sensual; del amor interesado a la pasión generosa; de la alegre frivolidad a la gravedad trágica. Sabina Puértolas interpreta no solamente todas estas facetas de Manon, sino también la evolución interna del personaje con naturalidad escénica y lirismo expresivo en el canto. Excelente y fascinante esta Manon de Puértolas en la que hemos visto a la niña inocente, a la Lolita sensual, a la cortesana distinguida, a la amante convencida y, sobre todo, a esa mujer que se va adentrando en la tragedia como final de la vida. Casi todas sus arias fueron aplaudidas, entre ellas fue conmovedora 'Adieu, notre petite table', convertida en un canto universal a la añoranza, y sobre todo, ese dúo final con Des Grieux en el que Manon, además de morir arrepentida y dulcemente, se transfigura por obra del amor.
Celso Albelo interpreta al leal enamorado Des Grieux con lirismo y versatilidad dramática. Uno de sus momentos más destacados fue su aria del segundo acto 'En fermant les yeux', bellísimamente acompañado por la orquesta. Celso tiene un timbre de tenor muy hermoso en el registro medio, algo rocoso, abrupto, en el agudo, pero nos convenció su expresivo Des Grieux.
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Roberto Scaundiuzzi, la garganta más veterana del reparto, sigue teniendo esa voz de bajo contundente muy apropiada para el papel del Conde Des Grieux, padre del protagonista. Su figura escénica es impresionante por la gravedad, los movimientos y la belleza de la declamación, más que del canto. Firme interpretación la del barítono Manel Esteve en el papel de Lescaut, el primo de Manon. Un papel escénicamente importante en el que se movió muy bien. De los otros intérpretes, destacamos el trío de cortesanas formado por Ana Nebot, María Héres y Serena Pérez, muy bien empastadas, y a Moises Marín Guillot y Pablo López, como Guillot y Brétigny respectivamente.
Sin duda, esta 'Manon' fue la mejor conmemoración de aquella que hace 75 años cantó Victoria de los Ángeles. Y además, una excelente inauguración de la temporada. Todos los aspectos escénicos, teatrales y musicales coincidieron de manera absoluta. El público aplaudió tanto las arias intermedias de Sabina Puértolas como, en menor grado, las de Celso Albelo. Pero al final hubo una ovación total con muchísimos 'bravos' a los intérpretes, al coro, a la orquesta y a su gran director, Nuno Coelho.
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