«Está genial que los niños puedan venir a la ópera»
La compañía infantil La Federica representó en el Teatro Jovellanos 'La flauta mágica', que se ganó la ovación de mayores y pequeños
ANA RANERA
GIJÓN.
Lunes, 22 de enero 2024, 00:43
La excitación se apoderó ayer del Jovellanos, donde cientos de niños esperaban sin aguantarse las ganas el comienzo de la ópera para niños 'La flauta ... mágica' de la compañía infantil La Federica. Mirando hacia todos lados, los pequeños alucinaban con los palcos, columnas y techos dorados de un teatro que les parecía «chulísimo», según lo iban mirando y analizando. Esa ilusión de las primeras veces la tenía Alicia Gómez, de siete años, estudiante de música y muy aficionada también a las melodías. Junto a ella estaba su madre, Joana López, quien consideraba que esta era «una iniciativa muy interesante». Lo creía así porque «adaptaron la ópera por y para los niños» y así es mucho más fácil conquistarlos.
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Por eso, ella estaba convencida de que «está genial que niños tan pequeños puedan entender una ópera tan complicada» como esta de Mozart. Y eso mismo pensaban Eugenia Fernández y Alberto González, quienes llevaron a sus peques, Paula y Elena, a disfrutar de la representación. «Está muy bien que se hagan cosas así porque podemos hacer un plan de domingo de música clásica, que nos encanta, ya que las dos niñas van a música».
Está claro que hay cantera de melómanos y ahí no falta Álvaro Gallardo, de diez años. Él confesaba que le gusta mucho «oír música» de hecho, «ya había ido a ver 'La flauta mágica'», explicaba orgulloso. A su lado, su madre, Ruth García, creía que era «una iniciativa muy bonita, original y diferente» la de acercar la ópera a los pequeños para que se vayan familiarizando. «El próximo domingo vamos a ver Gianni Schicchi», anunciaba.
Salta a la vista que La Federica levanta pasiones y, después de verlos actuar, cualquiera lo comprende. Los actores y actrices de la compañía parecían adultos escondidos en cuerpos de niños. Su manera de llevar a cabo las coreografías, de jugar con las luces y de interpretar cada escena de la ópera dejó al respetable sin aliento. Tanto que, en más de una ocasión, se desencadenaron los aplausos espontáneos, para reconocer el gran trabajo que estaban haciendo.
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Además, pese a tener tan pocos años a sus espaldas, estos peques le dieron una vuelta de tuerca a la archiconocida obra del genio austriaco, adaptándola a los tiempos. Pamina (Adriana Cañas), en esta ocasión, no necesitó ser salvada porque ella se defiende sola, aunque eso sí, «un poco de ayuda siempre se agradece», dijo sobre las tablas.
Junto a ella, también sobresalió en escena la interpretación de Papageno (Daniel Villar), quien echó mano de humor, ironía y gestos para conquistar al público. El príncipe Tamino (Jorge Martínez) también gustó, al igual que todas las Damas de la Noche y los músicos que las acompañaron: Mercedes Schmidt (flauta), Iria Rodríguez y María José Zarzo (violín), Adrián Arechavala (viola), Sofía Fraile (violonchelo) y Marcos Suárez (piano).
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La adaptación y la dirección de la pieza, corrió a cargo de Maite Heres, quien, desde luego, se coronó. Consiguió -y no es fácil- mantener a todos los niños reunidos en el Jovellanos en silencio y totalmente enganchados a la historia. Solo se oía algo de ruido, cuando mostraban su entusiasmo a sus padres y cuando se les escapaba algún aplauso en un momento que no tocaba. Más de uno tendrá ganas ya de volver a pisar el Jovellanos y de volver a presenciar una ópera de la calidad de 'La flauta mágica'.
Y, además, los niños aprendieron ayer muchas más cosas, como que los asientos de los teatros no se llaman sillas, sino butacas, y que, cuando sube el telón, empieza la magia y ya solo queda disfrutar hasta que llegue el final.
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