Gran éxito de La Ritirata en la Primavera Barroca con 'Il giardino di rose'
La recuperación del oratorio de Alessandro Scarlatti fue ovacionada en el Auditorio
ANTONIO HEDRERA
OVIEDO.
Martes, 9 de abril 2024, 02:00
Con las entradas agotadas desde hacía días, una repleta sala de cámara del Auditorio acogió con entusiasmo la interpretación del oratorio 'Il giardino di ... rose' de Alessandro Scarlatti a cargo de 'La Ritirata', bajo la dirección de Josetxu Obregón.
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El argumento de este oratorio estrenado en 1707 transporta al espectador a un jardín de rosas donde la Religión se enfrenta al mal personificado en el viento destructor Bóreas, con la ayuda de Penitencia, Esperanza y Caridad. A partir de una introducción instrumental con una destacada intervención de las trompetas de Ricard Casañ y René Maze, el conjunto fue transitando recitativos y hermosas arias 'da capo' con bellísimos 'ritornellos' bien cantados por los violines de Hiro Kurosaki (concertino), Miriam Hontana, Vadym Makarenko y Sonia Benavent. Las referencias a la naturaleza estuvieron muy presentes en el canto del ruiseñor en el flautín de Tamar Lalo, el zumbido de la abeja en el fagot de Quim Guerra, o el galope del ciervo en el oboe de Miriam Jorde.
Arropó al conjunto un bajo continuo muy bien tejido por Daniel Oyarzábal (clave y órgano), Josep María Martí (tiorba y guitarra barroca), Ruth Verona (violonchelo) e Ismael Campanero (contrabajo). Un elenco vocal de lujo La soprano Núria Rial (Caridad) destacó con su hermoso instrumento en las variaciones de sus arias, siendo especialmente bella 'Più del vago pellicano' con Josetxu Obregón al violoncello. Alicia Amo (Esperanza) brilló especialmente en 'Mentr'io godo' y en los alegres dúos con Rial. La mezzosoprano Luciana Mancini (Penitencia) exhibió su bellísimo timbre en toda la tesitura, especialmente en los graves, en sus preciosas arias en modo menor, en conversación con la viola de Andoni Mercero. El tenor Víctor Sordo encarnó a la Religión con templanza y perfecta afinación, mientras que el bajo José Coca Loza (Bóreas) deleitó con su capacidad vocal tanto para pasajes de coloratura como otros profundamente graves. El público respondió con una ovación prolongada, correspondida con un bis del número final, como colofón a dos horas de puro placer musical.
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