Ana Lena Rivera, escritora: «Nuestras abuelas se merecen un lugar en la historia. Si buscamos épica, en ellas la hay»
La escritora ovetense presenta este miércoles en la Buena Letra 'La casa de huéspedes', una novela ambientada en su mayoría en Asturias
Ana Lena Rivera vuelve a Asturias y a la familia, a esas historias de mujeres del siglo XX fuertes y resilientes que merecen ... la pena ser contadas y rescatadas del olvido. Con 'La casa de huéspedes', la escritora ovetense afinciada en Madrid crea un relato que desde la ficción se asienta en la realidad. El miércoles lo presenta en la Buena Letra (19 horas) en Gijón, en un acto del Aula de Cultura de EL COMERCIO. El jueves estará en Mieres en el Espacio 19 10.
Publicidad
–Le gusta reinventarse en lo vital y en lo literario. En lo segundo dio el salto del negro a la historia cotidiana de las mujeres del siglo XX.
–Fue un proceso gradual. El negro me gusta mucho y soy muy lectora de novela negra psicológica, no de cadáveres descuartizados, pero también soy lectora multigénero y llegó un momento en que tenía unas historias que contar a las que quería darles voz, a todo aquello que yo había escuchado en la infancia y la juventud, desde el taller de costura de mi tía, la minería de mi padre y en este caso el hostal de mis tíos en Madrid. Intenté meterlas en el género negro pero no encajaban, era dervirtuar la importancia de este testimonio oral de las mujeres del siglo XX. Temía que pudiera perder protagonismo. Yo creo que se merecen un lugar en la historia porque si buscamos épica, en la vida de nuestra abuelas la hay.
–Currantas, luchadoras...
–Fueron verdaderas heroínas. Y lo fueron sin querer serlo. Yo no querría ser heroína a base de pérdidas, de intentar sobrevivir y de que el instinto y la maternidad te hagan sacar adelante a los tuyos. En 'La casa de huéspedes' hay cinco personajes y hay maternidades que no encajaban en la época. Empieza en la guerra y acaba a finales de los setenta y estamos hablando de tiempos en los que la sociedad española tenía una foto de familia muy clara: el hombre sale a ganar el pan y la mujer es la cuidadora y todo lo que sale de esa foto no encaja y la sociedad no está preparada para ello. Las viudas, las madres solteras, las adopciones que se mantenían en el más absoluto de los secretos, las mujeres solas cuyo marido se había ido a comprar tabaco... Todas se encontraban en una sociedad que no estaba hecha para que ellas salieran a trabajar, en la que no tenían acceso a muchos puestos, en la que los que los convenios tenían un salario superior para el hombre que para la mujer... Todo esto está reflejado en la novela. Estas mujeres en lugar de tener el reconocimiento del héroe, tenían el rechazo, la lástima y el desprecio.
–¿Ha requerido de un proceso de documentación amplio?
–Hay tres capas. Por lado, la ambientación, el marco histórico, en Burdeos en plena II Guerra Mundial, la guerra civil, la transición, que es fácil de encontrar... Luego está la capa de las costumbre, de los refranes, de cómo vivían las vecinas, las recetas de cocina, qué se escuchaba en la radio. Y la otra es la que realmente es la novela, que son historias de personas que tienen vidas ficticias pero que están todas hiladas con sucesos que realmente sí que les ocurrieron a otras mujeres, a otras personas.
Publicidad
–O sea que es ficción absolutamente real.
–Claro. Todo lo que ocurre resuena. Los lectores se acuerdan de su abuela, de su madre. Está hecho con retales de historias reales y es la historia de nadie y la de todos a la vez.
–Y su familia está especialmente presente.
–Yo estas historias las escuchaba de gente cercana a mí. En este caso el hostal de mis tíos, al que yo iba todos los años a verlos, en la Gran Vía 15, y allí escuché muchísimas historias. Toda la ambientación la tengo muy presente.
Publicidad
–La historia arranca en un hostal de la calle Montera en 1937 pero luego pasa a Asturias.
–Empieza en Madrid, pasa por Burdeos y por París, pero el 80% es en Asturias. Hay mucho Oviedo centro, porque el hostal donde se desarrolla la trama, Casa Flora, está en la calle Campomanes.
–¿Qué más puede contar de la trama sin hacer spoiler?
–Son cinco mujeres. Hay dos niñas de 17 años que se han criado en el mismo edificio, una es la hija de los dueños del hostal y la otra es la hija de los porteros, y cuando empieza la guerra a la hija de los dueños del hostal la mandan a Burdeos porque Madrid está muy revuelto y la otra se queda. La guerra se lleva por delante el hostal y la buhardilla de los porteros y solo sobrevive de los que están en el hostal una niña que se llama Margarita. La hija de los porteros en medio de una guerra coge el bebé y se va a Asturias y todos la toman por su madre.
Publicidad
–¿Ha disfrutado de la escritura?
–Sí, la verdad es que esta novela ha salido muy de dentro, de una parte de la historia de mi infancia en la que no había entrado, es como si fluyera, iba más rápida la cabeza que los dedos en el ordenador.
–¿Es de dejarse fluir?
–Siempre. Yo me pongo a escribir y sale lo que sale. No tengo guiones. Luego eso te lleva a corregir muchísimo y a quitar muchísimas partes que no usas, porque al final se trata de entretener. La novela también ha de hacer reflexionar, pero es necesario que haya una trama que te enganche y te den las tantas leyendo y para eso tiene que estar muy pulida. Escribir así es muy honesto, porque te sale del corazón.
Publicidad
–Es una historia de mujeres, pero es para todos los públicos.
–Es una historia de personas. Estas mujeres pudieran ser las madres y abuelas de cualquiera y lo que buscamos es esa identificación con generaciones anteriores a las nuestras, las que nacieron antes de la guerra y en la posguerra.
–¿Tiene idea ya de qué será lo próximo?
–Estoy en plena promoción y es mi momento de limpieza de ideas. Son meses de descanso y lo necesito. Necesito dejar ir a los personajes.
–¿Planea continuar con esta dinámica, volver al 'noir', abrir algún nuevo melón?
Noticia Patrocinada
–Escribir estas historias basadas en hechos reales me interesa porque, al no estar en los libros de historia, se van a perder y por eso mi propósito es dejarlas escritas. Me gusta el 'noir' pero ahora no me llama, así que seguiremos en esta línea, pero no soy de hacer planes a futuro. Soy del hoy y el ya veremos.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión