José María Ruilópez: «Siempre usé la libertad de expresión por encima de todo lo demás»
José María Ruilópez presenta el miércoles en el Ateneo Jovellanos 'Sencillamente: ¡Oh, Diosa!', una novela «sorprendente»
El escritor ovetense José María Ruilópez (1948) ha publicado siete novelas que se suman a dos poemarios y a los más de mil artículos ... en prensa que se han podido leer bajo su firma. La última, 'Sencillamente: ¡Oh, Diosa!', una historia que define como «novedosa y sorprendente», se presentará mañana en el Ateneo Jovellanos (19 horas).
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–¿Qué nos puede contar de este libro?
–Tiene una redacción original, porque es un diálogo entre la primera y la segunda persona y no está escrito al estilo tradicional con guiones, sino que está separado por puntos y comas. La historia habla de una meretriz que tiene una relación con un señor al que le cuenta sus historias. Las discuten, las hablan, se entienden. Tienen una especie de amistad íntima. Son 86 capítulos de 500 palabras cada uno y un final un poco trágico.
–¿Es un tema quizá arriesgado para una novela?
–No, no, aquí no hay riesgo. Yo soy columnista y siempre usé la libertad de expresión por encima de todo lo demás, aunque en este momento esté un poco en entredicho. Pero este es un tema que está en la calle. Ahora estamos en un proceso de represión en general, pero esta novela está hecha desde la libertad por encima de todo.
–¿Es una historia que está de actualidad?
–Sí, y casualmente, porque no fue mi intención hacer una crítica, eso podría ser algún artículo de opinión.
–¿Qué cree que es lo que más puede atraer a los lectores?
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–Es una novela novedosa. Es cómoda de leer, porque incluso puede ser un poco estilo Cortázar, se pueden leer los capítulos como independientes. Como son 86 y tiene todos 500 palabras, se puede leer un capítulo u otro, leerlos hacia atrás... aunque lo lógico es leerla toda seguida. La portada además es de Joaquín Fanjul, un diseñador gijonés.
–¿Cómo resumiría la obra en una palabra?
–Sorprendente. Porque aunque la temática esté de moda, la forma en que está redactada es muy diferente. Los diálogos se interpretan y se entienden a base de usar las adjetivaciones. Por ejemplo, si habla ella lo dice en femenino y si habla él, en masculino, y así se va entendiendo quién habla de los dos. Al final hay una tercera persona que interviene y trastoca un poco su relación inicial, rompe un poco el equilibrio emocional de sus personajes.
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–Lo presenta mañana en el Ateneo Jovellanos. ¿Qué van a encontrar los espectadores?
–A mí me gusta mucho cantar cuando presento, pero últimamente no lo hago (risas). Los actos tienen que ser breves y desenfadados porque en realidad no son actos culturales, son actos mercantiles. La sorpresa de mañana es que voy a hablar de este tema de la prostitución a lo largo de la historia con grandes personajes; por ejemplo, Franz Kafka, Pérez Galdós, Vargas Llosa o García Márquez, que escribió 'Memoria de mis putas tristes'.
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