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La autora, durante su presentación en la librería La Revoltosa. José Simal

Lucía Solla Sobral: «Vivir en ciudades pequeñas condiciona cómo establecemos las relaciones»

La autora gallega afincada en Oviedo presentó en Gijón su ópera prima, 'Comerás flores', que aborda el duelo, la amistad como refugio y el maltrato sutil e invisible

Inés Barea

Gijón

Jueves, 2 de octubre 2025, 06:48

'Comerás flores' (Libros del Asteroide) es su primera novela, pero la voz de Lucía Solla Sobral (Marín, 1989) ha llegado al panorama literario ... para quedarse. Coordinadora del Club de las Letras Salvajes, en Oviedo, desde 2022, arranca su andadura editorial con una historia sobre el amor, las relaciones desiguales, la amistad y la violencia que se presentaba ayer en una librería La Revoltosa abarrotada para escucharla.

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–¿Qué es lo primero que apareció en su cabeza? Los personajes, la relación, la diferencia de edad...

–Lo primero que se me ocurrió fue la relación. Vi claramente a Marina y a Jaime, lo que iba a pasarles y la edad. Para mí la edad era muy importante, era una de las herramientas con las que contaba él.

–¿Por qué retratar una relación con esta desigualdad desde el principio?

–Porque cuando hablamos de un maltrato tan aparentemente sutil, buscamos cómo puede ser posible. Y uno de los factores suele ser la diferencia de edad. Nosotras estamos acostumbradas a estar con hombres siempre mayores y parece que vemos normal una diferencia tan grande. Pero nunca al revés, nunca debemos estar con un chico 20 años menor que nosotras. Nos enseñan que los hombres mayores son personas estables, inteligentes emocionalmente y son más responsables, pero no tiene por qué. Eso no te lo da la edad, sino cómo la vivas. Lo que sí que da la edad es muchísima más experiencia, muchísimos más recursos con los que Jaime puede manejar a Marina, en este caso.

–¿Cómo se escribe el personaje de Marina sin caer en juzgar sus decisiones?

–Eso me costó mucho, tenía mucho miedo de que sucediese, porque solemos juzgar a las víctimas. Siempre ponemos el foco en las víctimas; por qué lo habrán hecho, por qué caíste ahí si lo viste venir. Pero creo que a Marina es fácil entenderla porque desde la primera página ya sabes cuáles son sus vulnerabilidades: parte de un duelo sin resolver, de una precariedad laboral, de un silencio en su casa que no le permite recordar a su padre tanto como ella querría... creo que es fácil ir de su mano porque se le puede entender.

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–¿Cómo convivió con la carga emocional de esta historia?

–Escribiendo era muy feliz, pero pensando luego en Marina y en la relación, intentando entender todo lo que iba sucediendo, lo que yo misma iba creando, me costó. De hecho estuve, además de en muchas charlas con amigas que vivieron relaciones así, con un psicólogo que me fue ayudando a entender a Marina, a entenderme a mí, a entender a mis amigas y a trabajar el estado emocional que nos permite caer en una relación así.

–Es una historia que tiene mucho de muchas mujeres.

–Sí. En este caso es ficción, pero en realidad nos pasa a muchas. Es un conjunto de historias de mis amigas y mías. Marina y Jaime son ficción, pero todo lo que les pasa sucede todo el rato, por desgracia.

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–¿Qué papel tiene la amistad?

–Creo que en esta historia la amistad realmente es el amor de Marina. Ella está cegada por buscar el amor cuando el amor ya lo tenía en sus amigas, solo que nos enseñan a buscar otro tipo de amor, que es el romántico. Pero la amistad es fundamental como red para salvarnos.

–Hay que hacer un poco más de caso a las amigas, ¿no?

–Sí, totalmente. Es difícil, porque a nosotras tampoco nos hacen caso cuando somos las del otro lado y parece que hasta que no nos llevamos el susto no somos capaces de verlo. Pero sí, tenemos que fiarnos de ellas y cuidarlas muchísimo.

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–¿Es una crítica al amor romántico?

–Es una crítica de cómo entendemos el amor romántico. No estoy en contra del amor romántico, pero sí de cómo construíamos todo para obtenerlo. Hasta ahora. Creo que está empezando a cambiar un poco cómo establecemos las relaciones con nuestras parejas, por suerte.

–¿Le ha acompañado algún libro mientras trabajaba?

–Sí, a la que más leí fue a Carmen María Machado y 'En la casa de los sueños'. Es una novela que habla de una relación en la que hay maltrato, pero entre dos mujeres, y la estuve releyendo muchísimo. Y a Dorothy Allison, un libro que se llama 'Dos o tres cosas que tengo claras', que en su caso es autobiográfico, habla de una violencia que vio en su casa. Me interesaba saber cómo ellas narraban esas violencias.

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–Viviendo en Oviedo, ¿cree que de alguna manera la vida allí se ha filtrado en esta novela?

–Sí. Estamos acostumbradas a leer historias que pasan en Madrid o en Barcelona, pero hay mil historias fuera. No es igual vivir en una ciudad pequeñita que la recorres caminando que vivir en Madrid, donde puedes estar a 40 minutos de tu pareja. Esto condiciona cómo vivimos las relaciones. Y si a Marina le sucede esto con su amiga tan cerca, imagínate si llega a vivir en una ciudad tan grande donde podría verla incluso menos.

–Si tuviera que regalar este libro a alguien especial, ¿a quién se lo daría?

–Pues a todas las amigas de Marina, a todas las Marinas y sobre todo a las personas que todavía ponen el foco en nosotras en vez de en ellos, en las víctimas y no en quienes hacen daño y ejercen la violencia.

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