Un tango frente al silencio

Una historia, basada en hechos reales, que denuncia el mutismo y las prisas por dar por cerrado cuanto antes el brutal asesinato de un policía homosexual que investigaba oscuros lazos de corrupción, y que ensalza la lucha de un hombre por resolverlo y buscar la verdad. Con independencia del coste porque, en el fondo, 'Medialuna de sombras' es también una historia de amor. Un amor, aún hoy, no normalizado en las páginas del género negro. De hecho, he de reconocer que no son muchas las ocasiones en las que me encuentro historias de este calado protagonizadas por hombres que se aman. Y no es porque las rehúya, sino porque no es tan habitual dentro del policíaco adulto. En juvenil y/o de jóvenes adultos es más frecuente.

Esta obra, como les decía, es una novela negra de denuncia social ante el silencio que avala y acepta los actos de otros, por viles que estos sean. No obstante, en cada renglón leído, yo lo que pensaba era que, en realidad, descifraba un tango. Vivía uno. Voz rasgada que me hacía bailar con la prosa rápida, ágil, de Álvarez Vega. Una prosa que, como en esos bailes, llena de palabras sonoras y verbos particularmente conjugados, tal que al otro lado del charco se enuncian, las páginas. Te envuelven y borran el silencio que se denuncia. Tango que en varias ocasiones es andaluz y, después, a ratos, se transforma en una habanera cubana. Tango que te arrastra como una buena milonga nostálgica, sobre todo en la parte intermedia de la obra, cuando el amor oculto, el amor prohibido, se hace presente; cuando la verdad empieza a asomar. Verdad que mata, pero que igual redime para acabar, según nos acercamos al desenlace final del libro, en un puro candombe. Entonces leemos a ritmo muy vivo porque queremos saber quiénes y por qué hicieron lo que hicieron, algo que no les puedo desvelar. Un tango de amor entre el lector y las palabras, entre el lector y las sombras. Un tango frente al silencio.