Asturianada, el cantar vivo de la tierra
Patrimonio. Declarada BIC de carácter inmaterial en 2015 nuestra tonada pervivió durante generaciones en la tradición oral y ha llegado a nuestros días en los discos grabados por los grandes maestros
El pasado viernes se celebraba en el Teatro de la Laboral la final del I Premiu Obdulia Álvarez 'La Busdonga' de Asturianada convocado por la ... Consejería de Cultura del Principado. El galardón, que lleva el nombre de una de nuestras más grandes cantadoras, ha sido el último impulso desde las instituciones a la tonada tras su declaración en mayo de 2015 como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. Y es que de todos los tesoros patrimoniales de la región, tal vez sea la asturianada el que mejor encarna la supervivencia de una forma de expresión trasmitida hasta nuestros días con singular personalidad y fuerza. Acerca de ella el escritor Xuan Bello afirmaba que emerge «con egoísmo de fuente y el que canta se sabe poseedor de un momento de gracia, como si supiera que en ese momento está atravesado por un rayo de sol y pudiera mover el mundo». Así la escuchamos, a través de los discos que grabaron, en las voces de La Busdonga, El Maragatu, Juanín de Mieres, Xuacu de Sama, Los Cuatro Ases o El Presi, maestros de un canon que sigue guiando a los actuales intérpretes de una tradición aún viva.
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Sobre sus orígenes, el etnomusicólogo, cantante y multiinstrumentista Héctor Braga, autor de la recién publicada 'Nel cantu la memoria. Ensayu sobre l'asturianada tradicional' (Impronta), consultado por este periódico, señala que «los primeros textos los conocemos desde 1795 y en 1821 ya se habla de asturianada». Sus antecedentes pueden rastrearse hasta el siglo XVI e incluso más atrás, a través de las misas de gaita que han perdurado hasta hoy: «Es una misa que nunca se escribió ni pensando en la gaita, pero cuando la 'Misa de Angelis' se configura en ese siglo, queda muy 'amañosa' para meter la gaita en los templos y para que la gente pueda cantar como lo venía haciendo desde siempre, con un estilo asturiano que tiene un origen del que no podemos dar fecha, pero por sus características: modal y melismática, nos remontaríamos a la Edad Media». Estéticamente, explica, sería posible buscar su parentela «en Bulgaria, donde se canta también a la gaita, en zonas de Hungría, o el 'Sean Nós' irlandés que se canta 'a la oreya', muy parecido, hasta el punto de que así como lo cantan es como tocan los instrumentistas».
Los primeros cancioneros de finales del XIX y principios del XX nos dan otra pista, aunque, como matiza el estudioso «se lleva al papel de una manera que no se corresponde a cómo se interpreta. Publicar debía garantizar la venta y quien consumía música en esa época era la clase burguesa, que solía tocar con el piano canciones y hubo que adaptar las asturianas para ello. Quienes cantaban asturianadas no los compraban, era la gente que sabía leer música. Aún hoy los propios intérpretes es muy raro que tengan conocimientos musicales». El musicólogo Eduardo Martínez Torner sería el primero en anotar las melodías sin pretender encajarlas en los compases para ser cantadas al piano. Pero el gran trampolín para la asturianada serían las grabaciones fonográficas. Para Braga: «Si los cantantes tienen calles a su nombre por toda Asturias es una muestra de su importancia y lo es que grabaran con las grandes compañías discográficas de entonces: sellos como Odeón o Columbia, que como las actuales no lo hacían por altruismo sino para hacer negocio y con los intérpretes de asturianada lo había. Su gran ventaja fue que quienes querían escucharlos no necesitaban tener conocimientos musicales, solo comprar el disco y reproducirlo. Eso ayudó mucho a que el repertorio y todo lo que venía de la tradición oral se difundiera».
La prueba de la dimensión que alcanzó y mantuvo durante décadas la industria discográfica de la tonada son las más de quinientas grabaciones recopiladas y catalogadas por el autor de 'Nel cantu la memoria' en su libro y puestas a disposición de quien quiera consultarlas libremente mediante un código QR. Entre quienes más temas grabaron, nombres como los de Ramón García Tuero 'El Gaiteru Libardón', La Busdonga, Juanín de Mieres, El Presi, Orestes Menéndez o José Noriega registran cifras con las que podrían competir hoy con las más exitosas estrellas del pop.
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En cuanto al futuro de la asturianada, Héctor Braga elogia iniciativas como el Premiu Obdulia Álvarez La Busdonga, «fundamental para visibilizar el género y las mejores voces de cada momento», pero cree igual de prioritario que «la asturianada esté en nuevos espacios, en vanguardia, que sea enseñada en centros reglados, hablar en sus letras del mundo que nos rodea y no del de hace doscientos años. En el momento que haya una docena de personas que se pongan de acuerdo sobre ello, tendrá futuro, aunque ese momento aún no llegó», afirma.
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