El Auditorio vibra con 'El Mesías' por Navidad

'¡No es eso, no es eso!'. El oratorio 'El Mesías', de Haendel se sustenta en recitativos y arias, coros, sobre textos bíblicos, mayoritariamente profecías y meditaciones, y algunas oberturas o sinfonías instrumentales. El oratorio se estructura en tres partes, en la primera es el anuncio de la llegada de Cristo. La segunda, la vida y la Pasión de Jesús y la tercera, la resurrección y la inmortalidad del alma. Quitar las arias, suprimir los solistas, es cargarse no solo el setenta por ciento de su música, sino la mayor parte de su significado. En otras navidades -recordemos que 'El Mesías' se interpreta en Oviedo desde la década de los ochenta del pasado siglo-, la extensión de la obra -casi tres horas- aconsejaba aligerarla con una pequeña selección de algunas arias o coros. Este año no se puede hablar de selección, sino de una reducción drástica que limita la obra a sus coros. ¿No había dinero para solistas? Sin embargo, el público aplaudió y quedó muy satisfecho con un concierto que tuvo una buena calidad musical, aunque el programa no fuese 'El Mesías'.

El director australiano Benjamin Bayl está familiarizado con la OSPA, a la que dirigió en temporadas de abono, en grandes obras sinfónico corales como 'El Mesías' o 'La Creación', de Haydn, y óperas como Agripina, de Haendel, o 'Las bodas de Fígaro', de Mozart. Buen conocedor de las corrientes estilísticas de interpretación barroca, dirigió con tiempos generalmente muy vivos entresacando tanto en las obras corales como en las orquestales contrastes dinámicos. En general, fue una interpretación muy plástica y con cierta ligereza. Algunos fragmentos, como por ejemplo el Largo del Concierto Grosso op. 3 número 2 fue delicioso por el penetrante canto del oboe.

El Coro de la Fundación lleva 'El Mesías' prácticamente en su ADN. Lo ha interpretado muchas veces y en la versión de ayer estuvo especialmente cómodo. Más, en los corales de la primera parte, que terminan en 'His yoke is easy'. El coro está muy equilibrado, muy claro en los contrapuntos y con todas las cuerdas muy bien compenetradas. Eso hizo que las partes contrapuntísticas o imitativas tuvieran lucidez y empaste muy bien conjuntado. El público aplaudió mucho, especialmente al coro. Tras la ovación, Benjamin Bayl reconoció que este año 'El Mesías' había sido muy corto y ofreció el famoso 'Aleluya'.