Música de cámara con acento asturiano
El Enol Ensemble fue muy aplaudido en su presentación en el Teatro Jovellanos
RAMÓN AVELLO
GIJÓN.
Jueves, 31 de octubre 2019, 00:10
El Enol Ensemble, formación camerística formada por Adolfo Rascón (violín), Cristina Gestido (viola), Teresa Valente Pereira (violonchelo) y Mario Bernardo (piano), transmite entusiasmo y rigor. Ayer, en el Teatro Jovellanos, esta joven agrupación asturiana ofreció, dentro de la temporada de la Sociedad Filarmónica de Gijón, un programa complejo y variado: el 'Cuarteto para piano y cuerdas N.º 2, Op.87' de Dvorak, Cuarteto con piano op. 48 'A celebration of living' de Salvador Brotons y 'Cuarteto con piano en la menor, op.67', de Joaquín Turina.
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Una cualidad de Enol Ensemble es la unidad en la variedad. Una musicalidad común, mediatizada y dirigida generalmente desde el piano, de una riqueza individual de todos los instrumentistas. Así hacen una música muy directa, comunicativa y rica en matices.
El cuarteto de cuerdas y piano de Dvorak asume la tradición romántica heredada de Schumann y Brahms, enriquecida con los ritmos de danza checa, como por ejemplo en el 'furiant' del Scherzo. Una versión muy delicada, de la que destacaría el caracter intimista del tiempo lento, el verdadero corazón del cuarteto.
Nacido en Barcelona en 1959, Salvador Brotons es, además de compositor, un destacado flautista y director de orquesta. El 'Cuarteto para piano, op. 48', subtitulado 'Una celebración de la vida', que se tocó por primera vez en Asturias, es un canto amable a la alegría de vivir. Armónicamente la composición es de una tonalidad tan abierta y libre que se acerca al mundo de la atonalidad. Pequeñas células melódicas se combinan creando una sonoridad contrapuntística impregnada de lirismo. Ese optimismo general de la obra se nubla en el segundo movimiento, un adagio expresivo en el que los instrumentos van entrando sucesivamente siguiendo a la viola en un canto de hondo dramatismo, con el tiempo final que es un alegro fugado vuelve la alegría característica de esta obra.
A Turina le apasionaba combinar una construcción musical rigurosa, con una atmósfera hispana. En otras palabras, erigir una obra compleja sobre breves motivos que se encadenan, fluyen y se repiten entre los movimientos de una composición, y otorgarles cierto deje popular. En la introducción de su 'Cuarteto con piano en la menor, op. 67', distinguimos ese primer motivo generador que recorre los diferentes movimientos. Hay un tema generador que recuerda el 'jipío' flamenco de la petenera sobre el que se estructura toda una obra evocativa de sonoridades guitarrísticas y de ritmos andaluces.
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La propina fue una maravilla y, además, totalmente desconocida. Es una nana española de la compositora Louise Heritte-Viardot, nieta de Paulina Viardot y sobrina de María Maribrand. Es una música hispano francesa de calidad excepcional.
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