Oviedo presume de capital mundial de la lírica

Las puertas ya están abiertas al trabajo comisariado por Luis Antonio Suárez, que propone un camino cronólogico que pone ante los ojos del público joyas tan notorias como el vestido que lució la gran Victoria de los Ángeles en 1948 en la ópera 'Manon'. Hay vestuario de 'Don Giovanni', de 'Cosi fan tutte', de 'El ocaso de los dioses', de 'L'elisir d'amore', hay también elmentos escenográficos de funciones como la reciente 'Nabucco', hay un sinfín de recuerdos que toman también la forma de los dibujos que conformaron figurines como los de ' La Traviata'. Y hay un ánimo muy documental en la muestra, que en distintos paneles encuentra hueco para poner los nombres de todos los intérpretes que han puesto su voz al servicio de la ópera en Oviedo, y algunos de ellos encuentran acomodo en el relato cronológico que se observa sobre las paredes. Se dejan ver Montserrat Caballé, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, José Carreras, Victoria de los Ángeles, Peter Dvorsky... No faltan tampoco los directores de escena, con imagen obligada del ovetense Emilio Sagi, pero también con otros nombres como el de la añorada Pilar Miró, que comparte espacio con Robert Carsen y Jonathan Miller en el panel que rememora que fue en 1980 cuando, de la mano de Sagi y Julio Galán como escenógrafo, se puso en marcha la primera producción propia en la capital asturiana.

Se rememoran todas las funciones, todos los años que han ido pasando mientras un vídeo, en el centro del escenario, emite imágenes de lo acontecido en el Campoamor. En él se encontró a sí misma la delegada del Gobierno, Delia Losa, como integrante del coro de 'Aída'. Fue Losa una de las autoridades presentes en un acto que contó con la presencia y el respaldo incondicional a la ópera del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli. Como anfitriones, Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, presidente de Amigos de la Ópera, y Celestino Varela, el director general. Fue este último quien clamó alto y claro una realidad de que, dijo, no hace falta convencerse: que la capital asturiana es uno de los grandes templos de la lírica mundial. Dicho con otras palabras: «Oviedo es una de las capitales culturales del mundo».

En el pequeño escenario situado en el centro de la exposición, el barítono Abraham García y el bajo Javier Castañeda, acompañados por el pianista Marcos Suárez, dieron, durante la tarde, por inaugurada una muestra que es solo una de las múltiples actividades previstas para este año, que incluyen conferencias, conciertos, una gala lírica y otras exposiciones.