«Preparar 'Anna Bolena' ha sido un viaje y una búsqueda muy estresantes»
La intérprete navarro-aragonesa debuta en el papel protagonista de la obra cumbre de Donizetti este sábado en el Teatro Campoamor
La soprano Sabina Puértolas (Zaragoza, 1973) interpreta el papel protagonista en la producción de Ópera Oviedo 'Anna Bolena' de Gaetano Donizetti que se estrena este ... sábado en el Teatro Campoamor, con funciones también los días 9, 12 y 14 de septiembre. Ahonda en ello con EL COMERCIO la tarde anterior al ensayo general.
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–¿Cómo vive el regreso a Oviedo con este debut?
–Es volver a casa. Mi marido es de Mieres y son casi 25 años juntos, así que me siento medio asturiana. Aquí me tratan muy bien, me siento querida, mimada y siempre es un lujo estar tan arropada en un debut tan importante como 'Anna Bolena'. Es un gran papel y crezco con el personaje sin la presión en otros teatros.
–A pesar de la exigencia del público ovetense.
–Por supuesto. Estudié con Carlo Bergonzi y se acordaba de Oviedo. Es una referencia, pero prefiero no pensar en ello porque si no voy a tener una presión que no quiero. (Risas)
–¿Este es uno de los retos más importantes de su carrera?
–Diría que sí, es bel canto puro y el personaje tiene una huella con doble filo: hay momentos en que sale la Sabina mujer con agallas que rompe la baraja pero todavía estoy intentando asimilar cómo vivió ese momento Anna Bolena en su época y con un rey tan inquisidor como Enrique VIII. Está siendo un reto en muchos sentidos, no solo vocal, también interpretativo. Y a mí como me gustan los retos estoy disfrutando cada día, tengo muchas ganas.
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–¿Y vocal y técnicamente, cómo es el desafío?
–Uno de los más importantes por la longitud del papel, por su tesitura extrema y para el aria final debes de tener energía sobrante, no solo vocalmente, también mental y en la psicología del personaje. Ya viví esta situación en 'Manon', otro personaje intenso pero aquí técnicamente es rizar el rizo. Es que está muy bien escrito y la orquesta también muy bien balanceada.
–¿Cómo entiende usted el bel canto en esta obra?
–Hay una serie de acentos, un orden del aria, cabaletta o cavatina y la forma que tienes de hacer una frase con diferentes apoyos. Es una forma de cantar que a mí me viene bien porque me hace enfatizar todos los colores de la frase y me ayuda a sacar de mi voz colores que en otro repertorio no saco, es una búsqueda muy interesante.
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–¿En qué más ha crecido con este trabajo?
–En el hecho de aprender a no cansarme y en que la emoción no te embargue a pesar de la belleza de la música que estás cantando; y el fondo, empiezas, tienes que darlo todo y a las tres horas llega el aria final que dura 20 minutos. Es un viaje muy interesante.
–¿Cómo ha sido trabajar con Iván López-Reynoso, Emilio López y sus compañeros de elenco?
–Ópera Oviedo ha formado un gran equipo, me siento muy a gusto con todos: dirección escénica y musical, compañeros... Lo somos y también amigos, nos conocemos, ayudamos y nos crecemos en el escenario. Cuando te subes a él en un rol tan difícil como este con gente amiga, se hace menos duro el viaje y llegas al final contenta de haberlo compartido.
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–Es una de las sopranos españolas más reconocidas y con una larga carrera detrás, pero empezó en la música popular. ¿Cómo se pasa de cantar jotas a la lírica?
–Las cantaba desde jovencita en Tafalla y ganaba concursos. Después empecé piano en el conservatorio, estudié canto en Pamplona y me fui a hacer un curso con Victoria de los Ángeles a Santander. Ella me dijo: «O las jotas o el canto». ¡Los lloros que pegué esa noche! Me puse de tope ese verano porque venían las fiestas de Tafalla, me eché todas las jotas del mundo y lo dejé. Y aquí estoy, pero se me ponen los pelos de punta con una jota. Es un canto racial que forma parte de mí y cuando oigo cantar a alguien con esa sabiduría y ese aplomo, sé que es tan difícil como subirse a hacer 'Anna Bolena' en un escenario.
–¿El futuro de la ópera está en conectar con la gente joven?
–Ese es el futuro no solo de la ópera, sino de la cultura y de la mente de nuestros jóvenes. Hay que acercárselo, que sepan que es como ir a ver una película pero los actores son reales, hay música y pasan cosas. Que cada noche es distinta y por eso mágica. Hay que facilitar que llenen el teatro, ellos son el futuro.
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