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El quebrantahuesos J.M.L.

El quebrantahuesos: un arqueólogo entre las rapaces

En sus nidos se han hallado objetos humanos como una sandalia del siglo XIII, una flecha de ballesta o un fragmento de cesta del siglo XVIII

J.M.L.

Toledo

Jueves, 18 de septiembre 2025, 12:11

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es una de las aves más amenazadas de Europa y su supervivencia depende de hábitats de alta calidad para facilitar su reproducción. Estos deben estar en lugares escarpados, alejados de carreteras y con escasa densidad humana. Sus lugares de anidamiento han demostrado que son auténticos arqueólogos con plumas pues en sus nidos se han hallado objetos como un fragmento de cestería de finales del siglo XVIII, una sandalia completa de esparto de finales del siglo XIII, una flecha de ballesta o un fragmento de cuero de oveja pintado con ocre del siglo XIV.

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En su datación ha sido fundamental el uso del carbono-14, isótopo radiactivo del carbono que se forma en la atmósfera superior y que acaba integrándose en los seres vivos a través de la respiración y la alimentación. Un grupo de investigadores del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), del que forman parte la Universidad de Castilla-La Mancha y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a científicos de las universidades de Cantabria y Granada han analizado los materiales de construcción de estos nidos buscando información sobre los hábitos alimentarios de esta especie desde la Edad Media y las condiciones etnográficas y bioculturales históricas de las regiones donde habitan.

Restos de origen humano

Así, este equipo ha examinado durante años más de 50 nidos bien conservados de la mitad sur de España donde esta especie se extinguió hace unos cien años -el 50 por ciento de la población europea vive hoy en los Pirineos- y el hallazgo ha sido asombroso pues se han recuperado un total de 2.483 restos. La mayoría (2.117) eran restos óseos debido a su dieta, junto con fragmentos de cáscara de huevo, que indicarían procesos reproductivos. Pero lo más sorprendente es que el 9,1 por ciento de los restos encontrados eran de origen humano: 226 objetos antropogénicos, incluyendo 25 objetos de esparto, 72 de cuero, 11 de pelo y 129 fragmentos de tela.

Foto de los objetos que han encontrado en nidos de quebrantahuesos. J.M.L.

Entre los objetos artesanales que los quebrantahuesos usaron para construir sus nidos en cuevas o salientes rocosos protegidos destaca también parte de una honda de esparto. Los elementos antropogénicos hallados tienen un gran valor etnográfico ya que son similares a los encontrados en cuevas cercanas con ocupación neolítica, lo que demuestra el uso de fibras vegetales en el Mediterráneo ibérico desde el Epipaleolítico, hace unos 12.000 años.

Además, los restos de cáscaras de huevo son útiles para estudios toxicológicos comparativos, algo fundamental para comprender la carga de pesticidas y la historia de la extinción local del quebrantahuesos en algunas zonas. Una información que puede ser clave para la recuperación de la especie en Europa.

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Este trabajo científico, que se ha publicado en la revista científica «Ecology», ha revelado que el quebrantahuesos reutiliza todo tipo de materiales a largo plazo documentando la antigüedad de los nidos que son auténticos «museos naturales» que los conectan con la vida de los antepasados humanos y son un libro abierto a la evolución de los ecosistemas durante siglos.

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