Sara Baras| Bailaora

«Paco de Lucía me enseñó que talento e inspiración, si están, te pillen trabajando»

–¿Cómo presentaría 'Vuela'?

–Es un espectáculo con una energía muy positiva donde la evolución que hemos vivido estos 25 años se fusiona con el amor y el respeto que le tenemos al maestro Paco de Lucía.

–¿Qué papel juega en él su propia música?

–Hemos intentando no solo coreografiar momentos de su música sino crearlos para él a partir de melodías y temas que han marcado nuestra vida. El encargado ha sido Keko Baldomero, un guitarrista que está en un momento maravilloso y juntos hemos querido dedicarle quince palabras, en cuatro partes: 'Madera', la tradición del flamenco y los instrumentos, recordando que fue él fue quien introdujo el cajón; después 'Mar', que tan importante ha sido para el maestro y para nuestra tierra, con el reflejo de Cádiz; la tercera es 'Muerte', porque creo que aceptar la de los seres queridos y poderlos sentir sin que estén a tu lado, dentro de ti, es un crecimiento muy importante; y finalmente 'Volar', la libertad de celebrar las cosas bonitas de la vida intentando tocar el cielo y compartirlo con las personas que más te han influido.

–Usted llegó a tratar al maestro, ¿no? ¿Qué recuerdo personal guarda?

–Paco de Lucía era grande como músico, eso no se discute, ya se sabe, pero como persona era también alguien excepcional. Tuve la suerte de tener con él una amistad muy bonita, recibir sus consejos y su cariño, su sentido del humor. Era una de estas personas humildes que te transmiten su grandeza a través de la cercanía. Eso le hacía aún más grande.

–¿Cuáles fueron esos consejos que le dio?

–No olvidar quién soy, ni mis raíces ni mis principios y, por encima de todo, a defender nuestro arte siempre con honestidad, el trabajar y no parar de hacerlo nunca. Que talento e inspiración, si están, te pillen trabajando. Él hablaba siempre de horas y horas de trabajo.

–Celebra en su honor estos 25 años de su compañía y una carrera llena de reconocimientos, especialmente el del público. Jugando con la función, ¿a estas alturas qué le queda por volar?

–Realmente sigues luchando. Los premios, como el cariño de la gente, los agradezco con todo mi corazón y nunca tendré palabras suficientes para expresarlo porque la mía es una compañía privada que se mantiene por el público y eso es algo que llevo muy presente. A veces la responsabilidad te duele un poco porque quieres estar cada día mejor y entregar un poquito más si cabe. Es una entrega a diario en la que mantengo la misma ilusión que al principio, las mismas ganas de bailar, pero consciente de que me queda aún mucho que aprender y que dar.

–Una prueba de su entrega está en 'Vuela' donde interviene en diez de los quince números.

–La verdad es que no soy de esas personas que se ahorran ni una gotita de sudor (risas). Yo entrego mi alma, mi corazón y todo lo que haga falta. Celebrando estos 25 años, quiero seguir entregándome al público lo mejor que lo pueda hacer. En este caso, en un homenaje personal hacia un maestro que quiero tanto, tenía que estar muy presente.

–Como en su anterior trabajo 'Alma', en este también hay un profundo calado emocional.

–Sí, a partir de 'Alma', he aprendido a poder bailarle al cielo o a las personas queridas, a poder sentirlas en el escenario, eso hace que no solo sea un homenaje artístico sino también de agradecimiento al maestro, por eso el alma está tan comprometida como en el espectáculo anterior con mi padre. Hay un momento antes de terminar titulado igual: 'Alma' y ahí me encuentro con los dos, miro al cielo y ahí están el padre artístico y el de mi sangre, me gusta sentir que los llevo dentro.

–Ahí lleva también sus raíces asturianas.

–Por supuesto que sí y además me siento superagradecida al público asturiano porque tengo una conexión muy especial ahí. Hay algo entre esa tierra bendita y nosotros, conmigo. Hasta la muerte de mi padre tuvo que pasar justo ahí. Fue un día difícil, subí al escenario a volcarme al cien por cien, aunque tenía el corazón roto. La entrega del público fue total y eso me unió para siempre a esta tierra, aparte de mi abuela, que también se llamaba Sara.