Alfonso Sánchez-Tabernero | Catedrático de Empresa Informativa

«Toda tarea intelectual repetitiva está siendo sustituida por la IA»

–¿Quiénes son esos profesionales excelentes en la era de la inteligencia artificial?

–Son los profesionales que no son sustituidos por la inteligencia artificial. La IA tiene unas posibilidades extraordinarias y está cambiando el mundo del trabajo, además, el de todos los trabajos. Los despachos de abogados le piden a Chat GPT que analice una sentencia. Del mismo modo que la mecanización hizo que la fortaleza humana dejara de tener valor porque existían los tractores, ahora toda la tarea intelectual repetitiva está siendo sustituida por la IA. La cuestión que yo me planteo es qué le queda al ser humano.

–¿Y qué cree que le queda?

–Lo propio del ser humano es, en primer lugar, el criterio, la capacidad de distinguir el bien y el mal. El criterio exige de nosotros una práctica reflexiva mayor. Tenemos que dedicar un poco más de tiempo a pararnos a pensar. Y otra cuestión es la solidaridad, que tiene que ver con la manera en la que conseguimos ayudarnos.

–Hay mucha gente que tiene miedo a la IA, ¿es lógico ese sentimiento o al final acabará por ser tan normal como es ahora Google?

–Esta pregunta se la hice ayer a nuestro director del Centro de Investigación en Inteligencia Artificial y él decía –y estoy de acuerdo– que tenemos miedo a lo que no conocemos. Al final, lo que tenemos son herramientas poderosas y el asunto es cómo las usamos. Antes el hombre podía hacer daño con un palo o arreando a alguien con una piedra, pero ahora cada vez podemos hacer más mal.

–¿Se perderán muchos empleos por culpa de la IA?

–Sí, muchísimos, pero aparecerán otros como siempre ha sucedido. Cada nueva invención requiere una nueva respuesta. Por poner un ejemplo entendible: cuando se produjo la crisis de la construcción, aquellos que eran encofradores, que vivían estupendamente, se quedaron sin trabajo y no sabían hacer otra cosa, no eran reempleables. Cuanto mayor es la formación humanística, más flexible es el ser humano. Las personas bien preparadas intelectualmente son capaces de incorporarse al mercado laboral de dentro de diez años, que no sabemos muy bien cómo será. El mundo del trabajo requiere de formación humanística que te permite saber aprender y entender lo que pasa.