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Diego Ventura, en El Bibio, la pasada Feria de Begoña. Damián Arienza

Os touros falam português

Además de la ganadería, los tres profesionales anunciados para hoy, Diego Ventura, Joao R. Telles y Rui Fernandes, han nacido al otro lado de nuestra frontera ibérica

José Miguel Arruego

Miércoles, 13 de agosto 2025, 23:50

El caballo es el fundamento de la tauromaquia en Portugal, de igual manera que lo fue en nuestro país hasta que, en el siglo XVIII, ... la nobleza española abandonó su práctica, puesto que los nuevos reyes borbones no eran aficionados a la misma, y el espectáculo de los dos países peninsulares tomó distintas directrices. Pues si en el estado español se desarrolló y adquirió notoriedad y predicamento el toreo a pie, en Portugal, a lo largo de estos dos últimos siglos, el toreo a caballo ha experimentado una extraordinaria evolución técnica y artística.

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El segundo festejo de la Feria de Begoña podría ser un resumen y a la vez un homenaje a la cultura taurina lusa pues, además de la ganadería, los tres profesionales anunciados han nacido al otro lado de nuestra frontera ibérica. Si bien Ventura, hijo del cavaleiro João Antonio Ventura y máxima figura de este arte en la actualidad, ha forjado su carrera en España y es por eso que viste traje corto en lugar del atuendo 'a la Federica' que exhiben sus compañeros de terna.

Sus caballos 'Lío' y 'Bronce' son, seguramente, las actuales estrellas de una cuadra top, indispensable a la hora de consagrarse como el máximo referente del toreo a caballo en la actualidad. Sus batidas al pitón contrario, su milimétrico galope de costado y el riesgo y la emoción con que interpreta las suertes encogen el alma y a la vez ensanchan el corazón de cada aficionado. Esa emoción contrasta con la sobriedad en el toreo del veterano Rui Fernandes. Clásico en sus formas, puro en su concepto, es un baluarte del toreo de siempre, ese que nunca pasa de moda. João Ribeiro Telles, por su parte, es una suma de ambos conceptos. Austero y temperamental a un tiempo, versátil y camaleónico; tal y como requiera el toro que tiene delante. Tres toreros, por tanto, diferentes pero complementarios, que pretenden dejar su patria en alto y que al final del festejo los asturianos les despidan con un «muito obrigado», lo que aquí, de toda la vida, es y será «gracies, guajes». Que tanto monta.

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