«En Asturias necesitamos apostar por una industria cultural fuerte»
El escritor y colaborador de EL COMERCIO regresa este domingo a la TPA con su programa de entrevistas. «Cada una de ellas es una revelación» Xuan Bello. Director y presentador del programa 'Clave de fondo' de la TPA
MIGUEL ROJO
MADRID.
Viernes, 20 de enero 2023, 01:21
Presentado por el escritor Xuan Bello (Paniceiros, 1965), 'Clave de fondo' es un programa semanal de entrevistas, convertidas en «conversaciones en el límite de la ... confidencialidad», explica su director y presentador. Este domingo, a las 21.45 horas, comienza la nueva temporada, con el cantautor asturiano Víctor Manuel San José como primer protagonista.
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-¿Qué aporta, en conjunto, al espectador este ciclo de entrevistas?
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Víctor Manuel Músico.
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Viggo Mortensen Actor, director y escritor.
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Jorge Martínez Músico, líder de la banda Ilegales.
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Marisa Valle Roso Música.
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Luis Vázquez del Fresno Compositor.
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Noemí Sabugal Escritora y periodista.
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Rafael Reig Novelista y crítico literario.
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Constantino Bertolo Editor y crítico literario.
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Dalia Alonso Poeta y traductora.
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Rafael Canogar Pintor, escultor y grabador.
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Ana Francisco Actriz y periodista.
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Juan Mayorga Director teatral.
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José Luis García Martín Profesor, escritor y crítico literario de EL COMERCIO.
-Me dediqué al periodismo muchos años, pero soy un periodista extraño, que afronta la realidad desde la literatura. Hay medios a quienes esto no les gusta, pero hay otros, como EL COMERCIO, a los que sí. Yo intento aportar la verdad interior de las cosas. Si hablo con Víctor Manuel, Gerardo Iglesias o el arzobispo de Oviedo, no voy al detalle de la coyuntura. Me interesa ofrecer algo distinto. A Víctor Manuel, por ejemplo, le pregunto por muchas cosas obvias, pero sobre todo por las que se podrían comentar a la hora del café confidencial. Me interesan esas entrevistas que empiezan después de la entrevista. Cuando se apaga la grabadora es cuando se habla de lo que realmente interesa. Eso es lo que quiero que salga.
-¿Cuál ha sido el entrevistado que más le ha sorprendido?
-Cada entrevista es un descubrimiento, una revelación. Yo salgo confortado de cada una de ellas. Con Víctor Manuel descubrí por qué escribió 'Paxarinos' u otras canciones que mi tío José Manuel cantaba en la cuadra. Con Viggo Mortensen me di cuenta de que, además de un gran actor de Hollywood, era una persona sensible, culturalmente alerta y absolutamente humilde. Con Dalia Alonso, una poeta y traductora muy joven, descubrí a una gran admiradora de María Dolores Pradera. Y así sucede con todos.
-¿Y con el que más complicidad ha sentido?
-Yo quedo tres horas antes con el entrevistado y hablamos y seguimos hablando. Después pasamos delante de las cámaras, que son disuasorias. Pero consigo que, cuando llegamos a ese momento, nadie se acuerde de que hay gente detrás. Se crea una conversación que fluye hacia sitios insospechados. A Rafael Canogar, por ejemplo, lo conocía como espectador de su pintura. Cuando lo entrevisté era la primera vez que lo veía. Pero llega un momento en el que la convergencia de intereses artísticos y culturales conduce a la complicidad, y eso se nota en el resultado.
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-¿Qué paisaje de Asturias nos dejan estos protagonistas?
-En esta temporada, aunque hay protagonistas asturianos, no intentamos dibujar una imagen de Asturias. Queremos dialogar con el mundo de las ideas. La productora, que es la Fundación Oscar Niemeyer, a la que estoy muy agradecido, es una de las grandes instituciones de Asturias, con Carlos Cuadros y su equipo al frente. Es además el escenario de los encuentros, y ellos saben quién es Xuan Bello y cómo hace las cosas. Eso es lo que buscan, eso es lo que yo intento aportar.
-¿Y cómo ve a Asturias?, ¿estamos en la vanguardia o a la cola?
-Ni en la vanguardia ni en la cola. Supongo que estamos donde tenemos que estar. Una de las estupideces más grandes que se escuchan en las tertulias políticas es que tenemos menos peso del que nos corresponde en el Estado. Yo creo que es al revés. Lo que me extraña es que no se apueste por una industria cultural fuerte. El paso de la tonelada de carbón o hierro a la información sabia no se ha dado. Asturias tiene todas las condiciones para ser un sitio en el que el ingenio florece. Tenemos una universidad que forma grandísimos ingenieros, médicos, filólogos... Tenemos una literatura en castellano y en asturiano que brilla con luz propia. Dos lenguas tradicionales, el gallego de Asturias y el asturiano, además de la lengua vertebral que es el castellano. Tenemos en la baraja todas las bazas, pero siempre hay alguien que juega contra Asturias: nosotros mismos.
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-¿Cuáles son, a su juicio, los caminos para que la cultura se sitúe en un lugar distinguido?
-Hubo un momento muy sugerente al inicio de esta legislatura, interrumpida por la desgracia de la pandemia seguramente. Quiero mucho a Adrián Barbón, le respeto, pero creo que, cuando se acuesta y reflexiona sobre lo que hizo, pensará aquello de Felipe II, que tuvo que luchar contra los elementos en vez de contra lo que quería luchar. Se plantearon determinadas cosas, y no solo me refiero a la oficialidad, sino también a la importancia de la industria cultural y a la imagen que queremos proyectar de Asturias hacia el mundo, que no se han cumplido. Esa imagen de Asturias puede ayudar a vender más acero de Arcelor, más vino de Cangas y más libros de Milio Rodríguez Cueto.
-¿Somos potencia cultural?
-Si la TPA tiene el peso que tiene como elemento vertebrador, y la audiencia que tiene, con el poco presupuesto con el que cuenta, es por la potencia de la gente de Asturias, de la gente que la hace. Lo mismo sucede con un periódico como EL COMERCIO. ¿No es eso materia de reflexión para los políticos? ¿Tiene que conformarse la cultura con el 1,4% del presupuesto de la comunidad? Para el patrimonio, los hórreos, la creación, los medios, la literatura... Además de una política industrial, sanitaria, social o agraria, Asturias necesita, como agua de mayo, una política que apueste por la industria de la cultura.
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-Dijo usted en público al principio de la legislatura que, con Berta Piñán, Antón García y Martín López-Vega en Cultura, se hacía realidad un sueño. ¿Se siente decepcionado?
-Sigue siendo un sueño cumplido. Están los mejores que podrían estar, y también con la llegada de Pablo León. El problema que yo veo es que la sociedad tiene que entender la necesidad de enviar una imagen cultural de Asturias fuerte. Cualquier chaval de 23, 24 25 años que se va de Erasmus a Polonia, Italia o Portugal vuelve convencido de la necesidad de que el asturiano tiene que ser oficial. Eso tendrá consecuencias en el futuro, sí. ¿Va a ser tarde? Nunca es tarde.
-¿Fue una oportunidad perdida?
-No hubo oportunidad, a mi juicio. Es impensable, creo, reformar el Estatuto de Autonomía sin la aquiescencia del principal partido de la oposición, que en este caso ye el PP. Espero que el nuevo liderazgo de este partido sea más consciente que el anterior de la importancia de la cultura en una sociedad moderna.
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