La máquina asturiana que mueve el GEO
El asturiano Pelayo Gayol, protagonista de 'GEO: Más allá del límite', de Amazon Prime, un héroe en primera línea: desde el piso del 11-M a los rescates de Kabul
Iker cortés / miguel rojo
Martes, 2 de noviembre 2021, 01:00
«Tenemos una Luna maravillosa hoy. Es un privilegio estar aquí. Se lo agradezco a todos», dice el inspector asturiano Pelayo Gayol Pérez, mientras un centenar de hombres en bañador, sumergidos en las heladas aguas del Tajo, tiritan de frío. No hay trampa ni cartón. El vaho que sale de las bocas de los cien aspirantes a entrar en el GEO (Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional) y la tenue luz que se filtra entre los árboles da a la estampa un toque onírico; los cuerpos temblorosos, en cambio, llevan al espectador al mismísimo infierno.
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Es la primera de las muchas zambullidas en el río a las que estos cien candidatos se verán sometidos en los siete meses y medio que el grupo pasará en este curso de formación para acceder al GEO. «El Tajo decide», afirman con desparpajo sus encargados. Así comienza 'GEO: Más allá del límite', una serie documental grabada en los diferentes enclaves que el Grupo Especial de Operaciones utiliza para formar a sus potenciales miembros. Este cuerpo de élite de la Policía Nacional se creó en 1978 para luchar contra el terrorismo y opera ahora también contra el narcotráfico y el crimen organizado. Un equipo de treinta personas, bajo la batuta del director David Miralles, ha estado grabando esas treinta semanas de pruebas y convivencia para dar forma a una serie documental producida por Buendía Estudios, que está triunfando en Amazon Prime Video.
Cruda, ágil y real, de 'GEO: Más allá del límite' sorprenden las potentes pruebas físicas a las que los aspirantes deben someterse. Desde las largas caminatas con kilos de material en la mochila, hasta mantener, con los brazos en alto, el peso de lanchas neumáticas llenas de agua, pasando por el traslado de enormes troncos de árbol, los combates de boxeo, las pruebas de hipotermia leve, el hambre, las madrugadas en pie –«les hacen reflexionar mucho», dice uno de los instructores– o, directamente, las noches sin dormir, mientras 'Europa', la película de Lars von Trier, se proyecta hasta dos veces, como castigo a quienes han sucumbido al sueño.
Decía el inspector Pelayo y jefe del curso en la rueda de prensa de presentación de la serie que «el gran misterio para ser GEO es desearlo de corazón y admitir las ventajas e inconvenientes que supone formar parte del cuerpo». Su función precisamente es esa: «Ayudarles a saber si es realmente lo que quieren». «Desde el primer momento, se les impone un ritmo frenético. Deben notar la presión, el pie en el cuello y que piensen que todo va a ir a peor. Si es así, es que yo estoy haciendo bien mi trabajo», señala uno de los instructores.
Las secuencias, con la cámara moviéndose libremente por los entrenamientos tienen una enorme fuerza y solo cuando los instructores y los aspirantes se dirigen a cámara se rompe la cuarta pared. Y como en el ejército, los mensajes que se trasladan al espectador son básicos pero efectivos. «La obediencia debida es uno de los valores básicos de la Policía Nacional. En una unidad táctica, esto se lleva más a rajatabla», expone el inspector Pelayo. «Aquí no hay nadie que vaya a una operación solo. Todos son piezas de un engranaje», apunta un subinspector. Se observa en el segundo chapuzón en el río, cuando los agentes empiezan a ver a sus compañeros no solo como competencia, sino también como alguien que les puede proporcionar calor. «No se trata de improvisar, un GEO debe dar una respuesta inmediata y urgente y para eso hay un entrenamiento previo, físico, psicológico y táctico», sostiene Javier Daniel Nogueroles, comisario principal y jefe de los GEO.
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Un héroe en primera línea: desde el piso del 11-M a los rescates de Kabul
A lo largo de toda la serie, se ve que está hecho de otra pasta. Que es uno de esos tíos que, aunque empático y cariñoso, no se anda por las ramas. Directo, educado, comprometido con su trabajo y con la defensa de España y los españoles. Así es Pelayo Gayol, el director del curso de los GEO que refleja la serie de Amazon Prime. Un tapiego que cuenta en la serie cómo «la gente que somos del norte, especialmente de Asturias, nunca nos desvinculamos de la zona, siempre nos engancha mucho. No sé lo que tiene, pero tu corazón siempre está allí», narra en un momento de la serie, con imágenes de su Tapia natal de fondo. Y habla de cómo marca haber nacido en un sitio pequeño, en una zona rural. «Conoces a la gente, con sus pequeños problemas y sus grandes virtudes. Estás más unido y eso imagino que también te marca el carácter. Es imposible que no te toque», añade.
Aún así, la mayor parte de su carrera la ha desarrollado fuera de Asturias. Como jefe de especialidad de buceo del GEO, volvió a la región para localizar en 2018 la pistola con la que asesinaron a Iván Castro en el río Nalón (Soto de Ribera). Desde el puente, dirigía la operación y ayudaba a los buzos a colocarse correctamente su equipo, tal y como se le ve hacer en la serie.
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Sin embargo, su carrera ha sido de película, hasta colocarle en la élite. Entró en los GEO en los 90, y actuó en numerosas operaciones antiterroristas, sobre todo en el País Vasco. Después participó activamente en la lucha antiyihadista. «Tras los atentados del 11-M, le dije a mi mujer: 'A esta gente la tengo que detener sí o sí'», detalla él mismo en la serie. El 3 de abril de 2004 formó parte del operativo de asalto al piso de Leganés en el que había atrincherados ocho islamistas, que terminaron inmolándose. En aquel asalto, falleció uno de sus compañeros, el subinspector Francisco Javier Torronteras. «Las secuelas físicas que me quedaron fueron mínimas. Lo que me quedó claro de aquello es que en la vida los planes se hacen a corto plazo. La vida te deshace a su capricho. Ha habido muy pocos días en los que su imagen no me venga a la mente, lo cual quiere decir que sigue aquí», contaba.
Primero de su promoción en su acceso a inspector con una nota de 9,4, ahora es el encargado de formar a los GEO del futuro. Fue, además uno de los veinte que recibió la medalla al mérito policial con distintivo rojo por su participación en el rescate de los colaboradores afganos en Kabul, tras la llegada de los talibanes y la salida de las tropas norteamericanas, este mismo año. Salvaron a más de 2.000 afganos de una muerte casi segura, poniendo en riesgo su vida. Vivieron de cerca el atentado junto al aeropuerto y fueron los últimos en marcharse, junto a los diplomáticos españoles. La Policía Nacional les calificó de héroes y les hizo entrega de la bandera española que ondeaba en la embajada de nuestro país. Gayol era el inspector al mando.
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