«Unimos flamenco y contemporáneo con percusión y electrónica»

–¿Qué es 'La reina del metal'?

–Es un espectáculo de danza flamenca contemporánea con percusión y electrónica. Lo que se planteó como objetivo y lo que se quiere contar es la idea del cambio, de la transformación. Soy muy sensible a cuando el cuerpo pide un cambio y empieza a moverse de otra manera, ese momento en que se empieza a estar en el mundo de esa otra forma. Buscábamos contar qué sucedía con el cuerpo, con la coreografía, con la música, cuando uno se está exponiendo a esos cambios. A la vez intentamos buscar maneras en nosotros para provocar esas transformaciones.

–¿Y cómo fue el trabajo conjunto con Enric Monfort para llegar a esta pieza?

–Hay dos partes diferenciadas. Primero elaboramos una pieza corta, que fue hecha totalmente 'online'. Tuvimos conversaciones sobre qué estábamos investigando cada uno y nos íbamos enviando vídeos o audios y así se fue fraguando. Él vive en Ámsterdam y yo en Sevilla. Digamos que esa pieza es el 'spin off' de la larga. Cuando ya pusimos la corta en directo por primera vez decidimos hacer el proyecto largo, que se elaboró en directo y en paralelo. Hemos hecho residencias artísticas trabajando a partir de ideas y conceptos y mediante improvisaciones. Al final fue un proceso de dos años, de octubre de 2020 a 2022.

–Dos años y un éxito con el premio Max, que supongo ha sido un trampolín.

–Sí, sí que lo es, porque además la expectativa con que esto nació era hacer un trabajo muy honesto y muy auténtico, nada más. De los proyectos que he hecho es el que más puede decir sobre mí como artista, en el que mejor he conseguido plasmarme.

–Sin un premio como este, ¿este tipo de danza tendría menos cabida?

–Sí y no. Hemos tenido apoyo porque ha habido más premios y nominaciones, pero no ha sido una explosión de trabajo. Ha sido más por acumulación que por el Max.

–¿Este tipo de danza tiene hueco?

–La danza en general tiene poco hueco en las programaciones.

–¿Cómo esto es ser coreógrafa, bailarina, creadora?

–Todavía lo estoy descubriendo. A mí lo que me funciona bien es el trabajo físico y de improvisación y me he dado cuenta de que la bailarina se expone al trabajo y hace que surja la coreografía. Todo sale por el trabajo previo.

–¿Algún otro espectáculo en mente?

–Estoy en otro proyecto ya no con Enric. Hace hace dos o tres años me encontré con un científico que tiene una conferencia en la que habla de su visión de la cristalografía y el impacto que ha ejercido en el arte. Él me vio bailar y me decía: «Qué geométrica eres», me definía con cualidades cristalinas. Y empecé a hacer esa conferencia.

–¿Baila en una conferencia?

–Sí, pero es una hibridación entre conferencia y perfomance, es muy guay. El relato de Juan Manuel García es impresionante, interesante y sorprendente. Y ahora he empezado a hacer otro trabajo paralelo también sobre ciencia y danza.

–¿Cómo se baila un cristal?

–Si te pones a mirar, la estructura tiene distintas formas y hay ciertas características que son físicas y las puedes transportar al plano físico. Pueden ser formas estéticas o que son representadas a través de la música.

–¿Lo convencional no le va?

–Pues no. A veces me lo digo a mí misma: «¿Por qué no me meto en cosas más sencillitas».