Magnus Carlsen renuncia al título mundial

Cierto es que la periodicidad de la máxima cita resulta excesiva y muy estresante. Carlsen ganó cinco mundiales en los últimos ocho años. En 2013 y en 2014 frente a Ánand Viswanathan, en 2016 frente a Serguéi Kariakin, en 2018 ante Fabiano Caruana y el año pasado frente a Ian Nepómniachtchi. Ahora le tocaba hacerlo de nuevo frente al ruso la próxima primavera. Preparar y disputar el Campeonato de Mundo cada dos años se me antoja excesivo, porque cada cita lleva unos seis meses. En la época dorada del ajedrez se disputaba cada tres años, mucho más razonable.

En cualquier caso, la postura de Carlsen es clara y contundente: no defenderá la corona frente a Nepómniachtchi la próxima primavera y esto quiere decir que el ruso se enfrentará, con el título en juego, al chino Liren Ding, que quedó segundo en el Torneo de Candidatos. El que gane será el nuevo campeón del mundo, aunque será un campeón en entredicho porque siempre estará a la sombra de Carlsen, número uno del ránking con mucha amplitud sobre el segundo. Esto ya sucedió con época de Garry Kaspárov, cuando provocó el cisma con la Federación Internacional y perdió el título oficial, que ganaron varios jugadores a los que los ajedrecistas no considerábamos, ni consideramos, como campeones del mundo. Quizá lo único que haya que reprocharle al noruego es que no haya comunicado su decisión de forma oficial antes de comenzar el torneo de pretendientes porque no es lo mismo jugar sólo para ser campeón y aspirante, que es la única plaza que tiene premio, que luchar para clasificarse en una de las dos primeras plazas. La estrategia es muy distinta, pero esto es lo que hay.