El Unicaja Oviedo claudica ante el acierto del Palencia

Los playoffs de ascenso a Liga Endesa se le ponen muy cuesta arriba al Unicaja Banco Oviedo. El conjunto ocebista encajó la segunda derrota de la serie ante el Zunder Palencia por 83-70, en un duelo en el que los chicos de Natxo Lezkano fueron sensiblemente inferiores al equipo local, por otro lado tocado por la varita mágica de la puntería, firmando al final del choque un increíble 15/31 en triples. El OCB se ve obligado a ganar el próximo jueves en su fortín de Pumarín para poder seguir subsistiendo y alimentar las esperanzas de una posible remontada, aunque muchas cosas tendrán que cambiar con respecto al segundo envite disputado ayer en tierras palentinas.

Y es que el primer cuarto ya fue un anticipo de lo que vendría después, y eso que el Unicaja comenzó mandando gracias al acierto de Paul Jorgensen, autor de 6 de los 8 primeros puntos ovetenses (6-8). Fue la única ventaja del OCB, que enseguida vería como el Palencia, a golpe de triple, tomaba la iniciativa. Un parcial de 10-0 obligó al técnico ovetense a pedir tiempo muerto, pero las cosas no mejorarían en absoluto. La formación asturiana apenas tenía presencia interior en ataque, sin encontrar buenas posiciones donde los Kabasélé y McDonnell hicieran daño, aunque Elechi palió ligeramente dicha carencia. Por su parte, los locales aprovechaban para hacer daño con Speight y Ali al mando de las operaciones (25-11)

En el segundo periodo se fue evidenciando cierta mejora defensiva, pero en ataque el Unicaja era un desastre por momentos, acumulando continuos fallos en el triple y numerosas pérdidas de balón. De hecho, se terminaría la primera parte con un 1/11 desde el 6,75 y 10 balones perdidos, dos apartados donde se gestaba la catástrofe. Se estrenó McDonnel tras asistencia de Xavier y Pedro Rivero paró el partido, para no dejar que la reacción ocebista tomase cuerpo (27-17). Reaparecía Jorgensen para seguir aportando puntos, pero con ello apenas alcanzaba ante un Palencia que seguía muy enchufado en el tiro de 3 puntos. Además faltaba intensidad en ciertos momentos del juego, como en una jugada donde Speight, tras errar 2 tiros libres, le birló el rebote a un Kamba en los brazos de Morfeo, para que Prince Ali terminase anotando. Se llegaba al intermedio con una desventaja de 17 puntos y muchos aspectos que corregir (41-24).

En el comienzo del tercer periodo, el Unicaja pareció despertar cuando encadenó dos triples por medio de Xavier y Kamba, pero tan solo fue un espejismo, porque pronto el Palencia recuperó su renta cercana a los puntos gracias a la inspiración de un gran Prince Ali. Aunque para tino el del letón Roberts Blumbergs, que anotaba todo lo que lanzaba, llegando a tener un 5/5 en triples. Una antideportiva sobre McDonnell pareció encender el motor de un adormecido Unicaja. De nuevo, otro simple amago, diluido ante un rival mucho más agresivo y metido en el partido. En algunas jugadas se pecaba de candor y suavidad bajo los aros, como si en lugar de un partido de playoffs se estuviera en una merienda de los boy scouts. Kabasélé abrió su cuenta con un mate, misma jugada que culminó a dos manos Kamba, pero eran tenues chispazos ante las llamaradas de un Palencia al rojo vivo (64-46).

Ya en el último cuarto llegaron detalles de orgullo de Lundqvist y Kamba. Sin embargo, el Palencia era un auténtico huracán. Mus Barro hacía pupa en la zona del OCB y Chuso González se sumaba al festival triplista de los morados, con una diferencia que se disparaba hasta los 26 puntos en un par de ocasiones (78-52 y 83-57). Con el encuentro totalmente sentenciado ambos entrenadores optaron por dar minutos a los menos habituales y reservar a sus mejores hombres para las futuras batallas. El Unicaja aprovechó la relajación del Palencia para recortar hasta el 83-70 en unos últimos minutos en los que sobraron un par de acciones muy feas e innecesarias de Ryan Nicholas. Se notó en exceso el mal partido de jugadores como Atencia o Xavier, mientras los más destacados por parte ovetense fueron Jorgensen, Kamba y un Elechi que dejó buenos detalles. El Unicaja necesita cambiar totalmente de piel de cara al tercer partido si quiere alargar la serie. Será clave no pensar en que hay que ganar tres partidos para pasar la eliminatoria, si no concentrarse al 100% en ese tercer partido en el que los pupilos de Natxo Lezkano podrán contar con el apoyo de su afición. En baloncesto todo es posible y en un escenario con la mística de Pumarín, mucho más.

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