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Lucía Martínez, medalla de bronce en la Copa del Mundo U19 de baloncesto. E. C.

Un bronce que sabe a oro

La asturiana Lucía Martínez se cuelga una valiosa medalla en la Copa del Mundo U19 de baloncesto disputada en República Checa

Alfonso Alonso

Oviedo

Martes, 22 de julio 2025, 07:31

El domingo brindó una medalla de bronce a la Selección Española U19 Femenina en la Copa del Mundo de Baloncesto disputada en República Checa, ... un metal que luce ya en el cuello de las doce representantes españolas, entre las que se encuentra la ovetense Lucía Martínez (Oviedo, 2006), que agranda el su ya de por sí notable palmarés para añadir a su colección una pieza de nivel mundial.

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Recién aterrizada de su viaje de vuelta desde República Checa, las primeras sensaciones de la medallista son de «no ser del todo consciente de lo que hemos conseguido», reflexiona una Lucía que cree que con el transcurso de los días se dará cuenta de lo brillante que resulta estar entre las tres mejores selecciones del mundo. No obstante, no esconde que «la sensación» que la domina ahora mismo es la de una «felicidad profunda y muchísimo orgullo». Un orgullo que ejemplifica en el grupo humano que se conformó en la Selección U19 Femenina, por cómo se trabajó desde el primer día y se han apoyado las unas a las otras en todo momento.

Una conexión muy especial la que han logrado y de la que la internacional asturiana presume orgullosa. «Lo que hemos construido, tanto jugadoras como cuerpo técnico, ha sido muy especial. Me siento muy afortunada de haber vivido esta experiencia con este grupo humano, y creo que esa es una de las cosas más importantes que me voy a llevar de este Mundial», relata.

«Es el reflejo de muchas semanas de esfuerzo, preparación, sacrificio y compromiso colectivo», afirma la jugadora

La experiencia «te marca como jugadora y como persona», señala una Lucía que pone muy en valor la circunstancia de «compartir pista con algunas de las mejores jugadoras del mundo, muchas de ellas con ya bastante recorrido profesional y que claramente van a llegar muy lejos». Así, el hecho de estar rodeada de talento, de intensidad, de competitividad al máximo nivel, obliga a jugadoras como Lucía a «sacar lo mejor de mi misma en cada entrenamiento y en cada partido».

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Asimismo, destaca todo el ambiente del Mundial, que «es muy especial. Los entrenamientos, el scouting, las comidas, las rutinas de grupo… todo te hace crecer. Poder medirte con selecciones tan potentes y competir de tú a tú te da muchísima confianza y te hace valorar aún más el trabajo que hay detrás. Ver que estás a ese nivel, que puedes estar ahí, es una sensación muy gratificante y motivadora», enfatiza la asturiana.

La medalla de bronce se hizo realidad en el encuentro por el tercer y cuarto puesto frente a Canadá (70-68), que tuvo en vilo a todo el pabellón hasta el lanzamiento final de las canadienses por ganar el partido. No entraba el lanzamiento norteamericano y automáticamente las jóvenes jugadoras españolas se colgaban tan preciado metal. Una vorágine de sensaciones que Lucía califica como «una auténtica montaña rusa de emociones», en la que, no obstante, había cierta calma. «Dentro de esos nervios hay muchísima confianza en el equipo. Sabes que te estás jugando una medalla en un Mundial, y eso pesa, pero también saca lo mejor de ti», asevera. «La energía era brutal. En esos momentos no hay espacio para dudar, solo para creer en lo que somos, en el trabajo que llevamos haciendo desde hace semanas, en todas nosotras. Esa unión fue clave para mantenernos concentradas y afrontar cada momento con la máxima determinación».

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No se le queda en el tintero su participación individual, de la que se muestra «muy contenta» por la aportación realizada al equipo tanto dentro como fuera de la cancha. «Siempre he tenido el objetivo de dar lo mejor de mí, con la máxima intensidad y concentración. En un torneo como este, lo más importante es estar al 100% en cada momento, sea cual sea tu rol, y creo que he sabido estar a la altura».

Un balance individual positivo que, recalca, no habría sido posible «sin el apoyo mutuo que cada compañera se dio entre sí», del que se muestra satisfecha también por «haber contribuido a ese ambiente de compañerismo y de trabajo constante. Esta medalla es el reflejo de muchas semanas de esfuerzo, preparación, sacrificio y compromiso colectivo».

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