«Merecemos mejores condiciones»
Silvia Fernández, de 28 años, cuelga las botas a mitad de temporada para centrarse en su trabajo tras jugar 13 campañas en el club ovetense
MARÍA SUÁREZ
OVIEDO.
Jueves, 26 de diciembre 2019, 02:27
En la vida de muchos deportistas la carrera deportiva y la laboral acaban siendo incompatibles en un momento dado. Ese instante en el que toca elegir entre seguir compitiendo o centrarse en el trabajo le llegó con el parón navideño a Silvia Fernández (Avilés, 1991).
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La mediocentro del Real Oviedo, cariñosamente conocida como 'Zape' en el club en el que se formó, cuelga las botas a sus 28 años tras 13 temporadas en el Real Oviedo -antiguo Oviedo Moderno-. Lo hace después de conquistar tres Ligas y dos ascensos a la máxima categoría del fútbol femenino español. Sin embargo, para la avilesina, los mejores momentos de su carrera sobre el verde tienen que ver con los momentos más importantes y las personas más inolvidables para ella.
«Si tengo que quedarme con algo es con la llegada al club, con mi debut con el primer equipo en pretemporada con Pablo, con tener a Luis Pascual -recientemente fallecido- como entrenador en un ascenso y con la etapa con Emilio Cañedo en el banquillo. Estos últimos años fueron especiales también porque con Pedro Arboleya alcancé mi mejor versión», comenta la propia Silvia.
Tener que elegir entre el trabajo y el deporte, al que seguirá vinculada a través del 'running', es algo que la asturiana ya sabía que tenía que afrontar antes o después. «El tema laboral era muy importante para mí, y el club lo sabía. En cuanto no pudiera compatibilizarlo tenía clara la prioridad, por mucho que doliese. Creo que las futbolistas nos merecemos mejores condiciones, de ahí la huelga de Liga Iberdrola. El nivel de nuestro fútbol es alto, va a más cada año y espero que a corto plazo llegue la recompensa. Es una lucha de todos, no solo de las jugadoras», apunta la ya ex jugadora azul.
La centrocampista considera «impensable» su día a día sin el deporte y es que su experiencia en él la ha conformado a lo largo de su vida. Hasta las lesiones, que no la respetaron todo lo que le hubiese gustado, le han servido a la avilesina para crecer como persona dentro de un vestuario ovetense que solo dejó una vez, también por trabajo. «El fútbol me ha hecho más fuerte por todo lo que me ha hecho vivir. Las lesiones te hacen tener paciencia, trabajar duro y suavizar el carácter. Irme a trabajar a Suiza me marcó mucho por lo que me aportó: podía jugar en su Liga, tenía familia allí y no dudé», señala la asturiana, que compitió allí en el Lugano y Femiastur antes de volver al Oviedo.
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Ese Oviedo Moderno en el que debutó en Primera es el fiel reflejo para la avilesina de cuánto ha cambiado el fútbol femenino en tan poco tiempo. Acabar siendo parte del Real Oviedo fue 'la guinda'. «Para mí el Oviedo es lo máximo en el fútbol, y haber podido defender esta camiseta, un orgullo. Estoy muy agradecida a la anterior directiva por ello. El fútbol femenino se ha ido profesionalizando en general, y eso se ve en la apuesta de los patrocinadores y en la afición que te sigue como si de una familia se tratase», destaca.
Romperse dos veces el cruzado «te enseña a superarte, a pelear por lo que quieres y a saber de compromiso». Tras más de una década, la avilesina se va antes de tiempo, pero lo hace siendo un ejemplo de todo ello para todas las niñas que vienen detrás y que disfrutarán de un deporte que va cada día a más por carreras como la de la carbayona.
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