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Alan y Dani Bellelli, en los extremos, son seguidores de River Plate; Seba, Chipi y Juan, en el centro, posan con la camiseta de Boca Juniors antes del entrenamiento con el Belenos. OMAR ANTUÑA
'Grosos' asturianos de River y Boca
Fútbol

'Grosos' asturianos de River y Boca

'Millonarios' y 'Xeneizes' esperan ansiosos el duelo en el Bernabéu. Son seguidores incondicionales capaces de recorrer medio mundo por su equipo

J. A. GARCÍA / S. MENOR

GIJÓN/AVILÉS.

Sábado, 8 de diciembre 2018, 01:30

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Cuesta imaginarse la frustración que puede suponer para un aficionado coger un avión y viajar a Buenos Aires con la ilusión de ver ganar a tú equipo (River Plate) en su cancha (El Monumental) y que el partido acabe suspendido por el comportamiento de los hinchas más radicales que apedrearon el autocar del eterno rival (Boca). Pablo Picallo, argentino afincado en Gijón, lo vivió en primera persona. «Iba con mucha ilusión», asegura este artista polifacético, que ha seguido a los 'Millonarios' (uno de los apodos que tiene River) por medio mundo. En marzo pasado viajó desde Asturias a Mendoza para ver la final de la Supercopa que enfrentaba a ambos equipos. «Hacía cuatro décadas que no se enfrentaban en una final y pensé que no iba a tener oportunidad de vivirlo en directo», revela. Meses después, el destino quiso que se volvieran a encontrar dos «enemigos íntimos». Pablo es lo que en Argentina se denomina 'un groso', 'un grande', 'un recopado', un seguidor incondicional capaz de recorrer medio mundo solo por ver jugar a su equipo del alma.

¿Existe una explicación a una pasión que desborda la razón? «Somos un poco enfermos y vamos igual al partido», explica en referencia al duelo de mañana en el Santiago Bernabéu que definirá al ganador de la Libertadores 2018. No obstante, no obvia el dolor que ha causado a la hinchada de River la decisión de trasladar de Argentina el duelo. «Nos han robado la ilusión de ganar en nuestra cancha», profundiza.

Fernando Conde también es hincha de River aunque, en su caso, reconoce que haber trasladado el desenlace a España le permite acudir y estar presente en la final. Eso no significa que censure los actos de unos y otros, todos los responsables que han originado este dislate o quilombo, como dicen los argentinos. «Todo fue una vergüenza», suscribe este hostelero que regenta la cafetería Aitúe en Gijón, «tanto los descerebrados que tiraron piedras como el despliegue nulo de la Policía». Reflexiona en alto y asegura que el fútbol «está bastante mal, es un reflejo de la sociedad».

«El partido tenía demasiados intereses», tercia Pablo Picallo, «la política está metida por el medio y eso lo ensucia todo». Lamenta, como la mayoría de la hinchada, que la actuación de medio centenar «ensucie» un espectáculo que esperaban ansiosos 65.000 aficionados.

Si sumas las palabras deporte y Argentina el resultado en Avilés siempre suele ser Belenos Rugby Club. El conjunto blanquiazul lleva muchos años apostando por jugadores albicelestes para potenciar sus resultados en competición nacional. En la colonia del 'mate' avilesino se vivirá de forma especial el encuentro. Cinco de los seis argentinos con los que cuenta en plantilla el Belenos esta temporada son futboleros. Dos son de River, Alan Sanillo y Dani Bellelli, y tres de Boca: Seba Caroci, Juan Palero y Juan Pablo Abdala 'Chipi'. Aunque el único que se trajo la camiseta de Boca a Asturias fue Juan, el más futbolero podría ser Chipi, pues su padre llegó a ser profesional del balompié.

De apuesta, un asado

Los cinco llevan semanas con bromas sobre el encuentro y la 'piquilla' derivó en una apuesta que los perderdores deberán abonar antes de que concluya el mes de enero: el que pierda, invita a un asado. Los cinco verán el encuentro juntos el domingo. Coinciden a la hora de expresar su resignación ante la decisión de jugar la final de la Libertadores fuera de Sudamérica. «Es como si la Champions se jugara en Colombia». Sin embargo, al tiempo, admiten que la seguridad en el fútbol argentino es «mínima». Esta situación, aseguran los protagonistas, sólo se vive en el balompié, pues «en Argentina también se juega mucho al rugby y se vive con pasión, pero los aficionados son más respetuosos y nunca suele haber problemas».

Fernando Conde comparte esta idea y buena prueba de ello es que se citará con amigos de Boca y otros de River en los prolegómenos, «siempre que nos dejen». «Eso es lo normal, vivirlo con pasión pero también con respeto», abunda este seguidor, que echa de menos la convivencia que se vive, por ejemplo, en los duelos entre equipos vascos. «La mayoría de los jugadores no se dan cuenta de lo que supone este partido para la afición», explica a renglón seguido Conde, que viajará junto con otros cuatro aficionados mañana a primera hora.

En Madrid le espera Pablo Picallo que también se desplazará por carretera. Parece una obviedad preguntar por el montante económico que significa seguir al equipo de sus amores. «Gasto lo mismo que otros en quince días en el Caribe», replica un seguidor que cuenta con una colección de 65 camisetas de su equipo y que ya tiene previsto lo que hará si River gana mañana. «Hay que empezar a preparar el viaje al Mundialito de clubes», asegura este bonaerense que ha estado en más de una decena de países para alentar a los 'Millonarios', incluyendo el anterior Mundial de clubes (donde se midió al Barcelona).

Todos expresan su confianza en que mañana solo se hable de fútbol y los incidentes queden minimizados en la que se ha denominado la gran fiesta del fútbol. «No va a pasar nada», pronostican estos seguidores que se frotan las manos ante la posibilidad de cantar un triunfo histórico y, sobre todo, hacerlo ante el eterno rival que para eso vale doble.

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